Faltaba muy poco para la hora acordada de partida. Daiki no había sido capaz de dormir, inseguro de llevar todo lo necesario para el viaje, atormentado por la idea de separarse. Pedía a los dioses de sus padres que al cruzar aquel portal no hallaran peligro, mucho menos separarse por aquellas ráfagas de viento que tanto Keito recalcó culpa de su miedo.

Solo eran un grupo de adolescentes, inexpertos de la vida salvaje que les esperaba. Todos criados por el cariño innecesario. Daiki solo sabía lo que su instinto le decía. Una mordida en el cuello salvaría su vida, pero lo difícil era llegar ahí, más si de animales grandes se trataba. Tampoco disponía de la fuerza necesaria, no como su hermano, que a pesar de ser menor era lo suficientemente fuerte. 

No quiso pensar más. El dar vueltas por la casa no ayudó mucho, menos teniendo a Yuto tras él, con incontables preguntas que se negaba a aclarar.

-Daiki -De un momento a otro tenía a Kei a su lado. Ninguno había querido bajar al sótano, incluso las mochilas para el viaje aun se encontraban en la primera planta.

El felino le miró, sin mucho interés a pesar de que su cuerpo se estremeció impaciente por seguir escuchando su voz.

-Hay algo que debes decirme -si bien no necesitó palabras de aprobación para continuar, aquella mirada afilada le dio la seguridad para hacerlo- si nos separamos -ambos se inquietaron por la idea- ¿nos volveremos a encontrar? -era una pregunta descabellada, pues Daiki no tenía pensado que se separaran, aunque no quería decir que no fuese a suceder. Toda su espina punzó en dolor.

Había esperado demasiado para volver a verle. Estaba seguro que así era para sus demás compañeros. Ni siquiera quería pensar que Kota y Ryutaro en esos momentos se hallaran separados. Fue entonces que lo entendió. Por muy molesto que estuviera con Ryutaro por haber cruzado sin su permiso lo comprendió. El hubiese hecho lo mismo por Kei, por muy maldito que fuese éste humano por haberle olvidado. 

Sus sentimientos volvieron a causarle dolor y recordarle que debía responder, dejar de lado la mirada asustada que le había dirigido al humano y sacar a flote su naturaleza, aunque estaba seguro que no estaba hecho para ser un alfa. Sus propios padres se lo dijeron antes de conocer a Kei.

El humano no quiso romper el intenso encuentro, pero necesitaba palabras que le hicieran sentir seguro y no temer de lo que se hallara al otro lado. Deseaba que Daiki le complaciera, pero a cambio solo obtuvo palabras inseguras.

-Posiblemente -si bien aquello le dio más de un 60% de seguridad el otro 40% le picaba en la cabeza y más en su garganta, pasando saliva a través de ella para sentirse menos afligido.

---

Yuto se pasó gran parte de la mañana estudiando el mapa estelar. Yuri era bueno enseñando. Todos tuvieron que copiar el mapa, pues uno no era suficiente en casos de separación. Si se perdían sabrían hacia dónde ir. Ahora solo quedaba terminar de escuchar las advertencias de Ryosuke. No había estado a solas con él desde el incidente que le trajo leves recuerdos de algo que no lograba comprender. Era extraño y borroso.

Un sutil carraspeo le devolvió al presente, notando a su lado al rebelde perro, en una postura dominante. A diferencia del áspero comportamiento de Daiki con las preguntas tan especificas de Yuto, había accedido a facilitar un poco de información, la necesaria para mantenerles vivos: eso había dicho Ryosuke en un inicio.

-Estos puntos -dijo el felino mientras ponía galletas sobre el mapa- son seguros.

-¿Y cómo demonios sabremos que llegamos a uno de esos puntos? -Yuto, sentado en un extremo de la mesa y de brazos cruzados miraba atento toda línea trazada. Intentaba mantener la postura aunque sentía la penetrante mirada de Ryosuke a su lado.

Daiki afiló sus ojos al mirarle. -Aquí -su dedo corrió ligeramente la galleta para dejar a la vista el nombre bajo el dulce- solo encontrarán linces y gatos salvajes, los humanos no están permitidos en su totalidad, pero los hay. Los verán junto a un lince. Nunca están solos.

-¿Son esclavos? -la pregunta de Hikaru no le sorprendió.

-No, pero no se fían de ellos -los hermanos se miraron entre sí.

-Entonces no es seguro. Si nos separamos y uno de nosotros es encontrado por los de tu raza -dijo Yuya, refiriéndose a su familia- ¿qué nos harán?

-Posiblemente encerrarlos en un calabozo después de un largo interrogatorio en el cual no creerán ni una palabra de lo que digan. -Keito se cruzó de brazos.

Yuto miró a Daiki queriendo saber si aquello era cierto, pero el felino no quiso mirarle por simple orgullo.

-Solo deben decir que traen un mensaje al puma mayor y deben darlo personalmente, será suficiente. Nadie los va a herir con eso.

-¿Por qué eso nos salvaría? Creí que solo habrían linces -Kei juró sentir su labio inferior tiritar, no sabiendo si era por miedo, sorpresa o una mezcla de ambos, no cabía en su imaginación encontrarse con un puma. ¡Era un simple humano!

-No digan que se han perdido de su lince. Es una excusa muy típica que solo los llevará a estar encerrados de por vida -Daiki tomó otra galleta para continuar- Estoy seguro que él creerá en ustedes -una sonrisa ladina se formó en sus labios. Kei se sintió inseguro.

-Si llegan a éste punto. Ominae. No tendrán problemas. Los conejos no son ofensivos -cuando Ryosuke se acomodó para hablar, su brazo chocó con el de Yuto, sintiéndose obligado a mirarle.

-Aunque los leones suelen merodear por los alrededores -Yuri trazó una línea imaginaria con su dedo- No somos aliados, pero tampoco nos enfrentamos. Es obvio que perderíamos -alzó la mirada, sintiendo la carga de esos ojos humanos- si los ven aléjense de ellos. 

-Los humanos no son amenazas en estos puntos: Kudka, Paligfor y Xinmina -dijo Ryosuke. En cada punto nombrado del mapa se hallaba la marca de raza. Hikaru pudo distinguir entre ellas la cabeza de un tigre- pero aunque haya tratos de paz con humanos no quiere decir que todos sean aliados. 

-Es por ello que intentaremos no separarnos. Incluso para nosotros es peligroso estar en esos puntos -Daiki marcó con galletas de chocolate cada punto a partir de su advertencia. Eran demasiados, es por ello que Keito creía muy probable el caer en uno de esos lugares.

-Tengo una duda -Yuya rascó su cabeza, sin quitar la mirada del mapa al distinguir varias cabezas de animales dibujadas- ¿Cuántas razas son? Digo... -cuando su lengua pasó por sobre sus labios con el simple hecho de querer humedecerlos los deseos de Yuri, de poder pasar la lengua también por ellos le provocó un fuerte sonrojo, siendo Ryosuke el único en notarlo- ¿Con qué tipo de animales nos podríamos encontrar?

Keito suspiró -Supongo que con los mismos que hay en este mundo. Realmente no hemos salido mucho que digamos -Daiki temió que diera mucha información a partir de ahí, decidiendo interrumpir.

-Será mejor bajar -fue el primero en ponerse de pie- Asegúrense de comer antes del viaje.

Keito soltó un chasquido, no pasando desapercibido para Daiki que decidió no tomar en cuenta. Lo que sucedió a partir de ahí pasó tan rápido. La hora que se tomaron para comer y arreglar sus ropas no había sido suficiente, y ya todos en el sótano comenzaron a amarrarse unos a otros en una larga secuencia. El primero fue Daiki, seguido de Kei. Yuri había decidido ir tercero y por ello es que Yuya seguía después, Yuto le guió junto a Ryosuke, dejando por últimos a Hikaru y Keito. Éste último se aseguró de amarrar con bastante furia la cuerda, haciendo sonreír al castaño.

-Con todos esos nudos basta.

-Aún no -Keito hizo un par más y solo se detuvo cundo Hikaru posó sus manos sobre las suyas.

-Lo mejor sería que amarraras nuestras manos -aquel comentario lo tomó muy en serio, no tardando en comenzar a rodear sus manos con otra cuerda.

-Espera, solo era una broma.

-¿Y ahora decides sacar tu lado bromista? -aunque no haya querido ser brusco al hablar, Hikaru se incomodó. En cualquier otro momento le hubiese soltado y apartado, pero el recuerdo de un Keito tembloroso le impedía dejarle- Lo siento...

-Lo entiendo, pero no tengas miedo -sabía que no conocía el otro mundo, pero las mentiras en momentos como éste siempre eran alentadoras- no soltaré tu mano, así que no vamos a separarnos. Regresaremos con Kota, Ryutaro y los demás. 

Keito solo apartó la mirada con una ligera sonrisa, era lo único que podía hacer en agradecimiento sus palabras porque bien sabía que al cruzar nada sería lindo, no como lo pintaba Hikaru. 

Un sutil toque lo distrajo, encontrándose con los ojos castaños de Hikaru. Estaba avergonzado, sus mejillas lo decían. Había sido un beso de su parte y ahora se veía arrepentido. Hikaru era adorable. Siempre fue adorable.

Quiso responder. El tenerle tan cerca de su rostro era la invitación, pero un molesto sonido les separó. El reloj pulsera de los humanos comenzó a sonar uno tras otro.

-Ya es hora -Daiki dio un paso- 13:27:00 -susurró para sí, recordando la hora en que comenzarían a entrar al espejo- Estén preparados. Debemos cruzar antes de que pasen treinta segundos -su mirada se alzó al pequeño -No vayan a soltar sus manos.

Aquella decisión tenía incómodo a algunos de ellos. Yuri estaba nervioso, por lo que sus manos comenzaron a sudar, no muy distinto a Ryosuke, sintiendo una sonrisa burlona sobre él. Yuto en verdad estaba extraño. Keito había decidido abrazarse al brazo de Hikaru, una posición muy cómoda para él. 

El último reloj en dar la alarma de partida fue el de Kei.

"¡Daiki!"

-¿Ryutaro? -Daiki no tardó en poner un pie dentro al momento en que escuchó su nombre y vio la manecilla del sol pasar los 30 segundos. Entonces el caos comenzó con el quejido de Kei al ser arrastrado por el agarre de Daiki.

-¡Mierda! ¡Se lo dije! -Keito había sentido el jalón luego de que todos dieran el paso al frente, resistiéndose.

-¡Duele! -fue lo último que Kei dijo antes de cruzar. Para Yuri fue rápido, ya que el resistir la fuerza de atracción no era fácil, entrando a tropezones junto a Yuya que no dudó en envolver su cintura cuando su propio reflejo le mostraba la asustada expresión en su rostro.

-¡Estúpidas ideas de Daiki! ¡Juro que esto me lo pagará! -Ryosuke no había dejado de maldecir, callándose solo los segundos en que Yuto le soltó la mano. Había sido resbaloso y asqueroso, pero poco pudo pensar en ello cuando el humano le abrazó de la cintura antes de arrastrarle con él al interior.

Keito al notarse solos miró con miedo a Hikaru -No quiero cruzar. Hikaru no quiero cruzar -Su mirada suplicante poco podía hacer.

-Hay que hacerlo -una nueva alarma les advertía los últimos cinco segundos antes de las 13:27:30

-¡No! ¡Suelta su mano! -en un ataque de pánico Keito agarró la muñeca del otro, aun se podían ver los dedos de Ryosuke. Hikaru luchó, pero aún así Keito logró que le soltara, entonces la cuerda alrededor de su cintura se tensó, causando en su cadera un fuerte dolor, soltando un alarido- ¡Hay que cortarla!

-¡No! ¡Keito no lo hagas! -su piel punzó más y poco pudo resistir para entrar al espejo.

-¡Hikaru! -entonces todo quedó en silencio. Keito no había dudado en tomar su mano cuando fue lo último que vio de él.

Solo el crujir de los muebles, debido al cambio de temperatura, resonó por toda la casa, seguido del suave golpe que la puerta del sótano dio contra la pared cuando una pequeña ráfaga le obligó a moverse. Las cortinas se mecieron levemente como si el viento se hubiese infiltrado por los cristales.




...

-¡Ah! -el grito desesperado, mezclado de miedo y dolor hacía a Daiki marearse. Su visión borrosa debido al fuerte viento no le dejaba distinguir bien a los demás, solo a Kei, que se resistía a no soltarle. Solo cuando éste logró sujetarle con ambas manos es que se dio cuenta que Yuri ya no estaba tras él.

-¡No te sueltes! -podía sentir como si fuertes agarres intentaran separarle, y solo se terminó cuando pudo unir bien sus cuerpos en un fuerte abrazo. Siendo arrastrados juntos cuando la ráfaga se intensificó. Su piel había resentido cuando unas garras se clavaron en su espalda. Fue lo último que sintió, junto al aroma de Daiki entrar a sus fosas nasales antes de perder a conciencia.

___________________________________________________



Sus parpados pesaban. Su cabeza dolía y sus piernas se sentían adormecidas, pero aun así un agradable calor en su espalda le hizo sonreír. Quiso despejar el mal sueño al removerse, pero el abrir los ojos le revelaron lo oscuro y frío que estaba el lugar. Y si antes creyó que estaba en la cómoda cama del mayor durmiendo abrazados, la verdad le hacía ver a un alto y delgado chico aferrado a su cintura, intentando tomar de aquel calor que emanaba de su cuerpo de lo más natural.

-¿Kota? -el nombrado abrió los ojos. Muchas veces estuvo a punto de dormir, incluso lo hubiese hecho si Ryutaro no se hubiese movido.

Él sonrió -Al fin despiertas -se hubiese alejado, pero el frío y la tierra congelada acumulada bajo sus cuerpos le hacía temblar. Sus cuerpos eran muy diferentes si a temperaturas se refería. Aunque Ryutaro llevaba unos short y camisa sin mangas, sus brazos seguían igual de cálidos.

-Tus piernas -Ryutaro no dudó en tomarlas y comenzar a frotarlas, queriendo alejar ese horrible color que comenzaban a tomar.

-Eres muy cálido -no había dejado de sonreír a pesar de la situación.

En lo profundo de la cueva solo el eco de sus palabras y el silbido del viento habían acompañado a Kota en su momento de lucidez. Ryutaro había dormido como si nada, desde que habían caído en ése lugar. Cuando despertó lo primero que hizo fue frotar su piel con vellos erizados por la fría temperatura. Sus pies descalzos luego de perder las sandalias eran los que más sufrían junto a los dedos de sus manos. Sus huesos dolían, pero apenas logró moverse y llegar al cuerpo de Ryutaro un poco más allá del suyo se dio cuenta del agradable calor que tenía, no dudando en aferrarse a él.

-Te estás congelando -la voz le tembló. Miró a todas partes pero solo encontró tierra y piedras. Un poco más allá en el túnel una luz blanca. Lograba ver la tormenta de nieve.

-Ya quisiera tener tu temperatura en estos momentos -sus labios habían perdido su color natural- ¿Qué haces? -preguntó al ver cómo el oso comenzaba a desvestirse- hey -intentó regañarle.

-Soy mitad oso polar. Mi cuerpo estará bien aun desnudo -se quitó la camisa e intentó cubrir con ella los hombros de Kota. Continuaron las zapatillas, incluso los calcetines. Ayudó al mayor a vestirse y aun así no fue suficiente- Si no nos vamos de aquí te congelaras -preocupado y sin pensar en una mejor opción, Ryutaro comenzó a quitar las últimas prendas de su cuerpo.

-No -Kota le detuvo agarrando sus muñecas luego de que sacara una pierna del pantalón- Afuera hay una fuerte ventisca. Desde aquí se puede escuchar. Estaré bien. Puedes quedarte con eso -casi cree en sus palabras, pero cuando los pequeños ojos de Ryutaro se percataron de la mueca que Kota hizo luego de que el viento se filtrara por sus brazos se alejó- ¿Ryutaro?

-No estás bien y tampoco lo estarás. Podría ir por ayuda, pero -Sus ojos se fijaron en la pared de roca en la que Kota se cargaba, logrando ver un gran sol tallado- Deberíamos regresar -sus palabras fueron lentas y dudosas, no comprendiendo por qué no lo había pensado antes. Rápido se acercó a tocar, pero solo tierra se adhería sus dedos.

-Ya lo intenté. Creí que podríamos volver ya que es por aquí que llegamos, pero es imposible. No entiendo nada de esto y si hay algunas palabras mágicas que se deban decir no supe cuáles eran -miró esperanzado a Ryutaro pero éste seguía sin comprender.

-No hay palabras mágicas si no es un portal primario. Solo los primarios se pueden cerrar y abrir. Los secundarios son para regresar y éste no es uno de esos, aunque debería -comenzó a golpear- ¡Daiki!

-No creo que nos escuchen -Kota hizo el esfuerzo de ponerse de pie pero sus piernas entumecidas se lo impidieron, cayendo de regreso al suelo acompañada de una queja. 

Resignado Ryutaro regresó la mirada al humano.

-Te calentaré. Mi cuerpo debería ser suficiente -la mandíbula de Kota tiritó al verle desnudarse por completo junto a la insinuante propuesta de calentarle, pero que el menor se apartara no ayudaba mucho a seguir con sus pensamientos, entonces le vio cambiar. Si había sido estúpido y por ello es que rió, con esfuerzo cuando la tos le interrumpió.

El sutil rugido del oso antes de sentarse perezosamente contra la pared, hizo a Kota sonreír. Era imposible escucharle hablar, pero con los simples gestos de ver esas grandes garras sobar esa peluda panza hizo a Kota arrastrarse hasta subirse. Todo su cuerpo tembló al sentir el olor de ése suave pelaje. Su cuerpo no tardó en tomar calor y lograr moverse con suavidad, restregando el rostro en el cuello de Ryutaro. Le escuchó gruñir y supo que estaba avergonzado cuando sus manos se escabullían por su pelo en busca del lugar más cálido para sus dedos.

El oso le envolvió en sus brazos y todo rastro de frío quedó atrás. Ahora sí podría dormir mientras esperaba a que la tormenta se calmara. Esperaba a que los demás pronto llegaran y juntos buscaran una manera de regresar. 

Distinto a lo que Ryutaro pensaba. 

La única manera de regresar era saliendo de aquella cueva. Pero el miedo a hacerlo era grande, pues el aroma del viento le decía el peligro en que estaban.
Continuará...

Tardé, pero por fin pude terminar. Saludos...

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pregunto a donde fueron a parar todos, me gusto la forma en que Ryutaro le da calor a Yabu ;D

Gracias por este capitulo, esta muy interesante, esperaba con ansias leerlo =)

Yuko "I LOVE JUMP"

Unknown dijo...

Oh por dios, me gusto, me encanto, ya esperaba conti y con que conti me encuentro, me dejaste en mucha duda sobre en donde podrian haber caido cada pareja (los que quedaron en pareja), me gusto como Ryutaro casi se desnuda para darle calor a Kota, eso casi me mata de risa al imaginarlo, espero que los demas los encuentren y de paso arreglen sus problemas ya quiero que el Takachii se reconcilie odio verlos peleados :(... bueno espero la conti que esta me gusto mucho mucho

Paoo Inoue dijo...

Bueno te habia escrito un mensaje super largo y hermoso pero o lo visto o se publicopuedes hacer que me guste taaanto!!!

PERDON POR NO COMENTAR ANTES!

Pliss hazme a Daiki mas sumiso y que afloje pronto u-u, lo mismo con Yuto y Yamada, y Hikaru y Keito xDD
El takachi dejalo de ultimo, que sufra Yuya por maldito

Natii-chan dijo...

Me encanta! *-*
Ha pasado un tiempo pero espero leer la continuación pronto <3
Gracias por seguir esta historia!
Quiero saber qué pasó con los demás~

Haruki-chan dijo...

Waaaaa quiero mas (para variar jajajaja) quiero saber que pasa y vaya giro de la historia, yo sigo queriendo inoodai que por fin a inoochi se quite lo miedoso y a daiki lo orgulloso que bien que les hace falta a ambos xD

Unknown dijo...

Waaa quiero continuación~~ es uno de los Fic's que mas me han gustado.

LuSol dijo...

Hace ya años que comencé a seguir este fic y hace poco puede volver a retomarlo ya que nunca había llegado hasta la actualidad. Me enamore desde el principio <3 Eres una estupenda escritora y tienes una imaginación envidiable *u*
Por favor debes continuarlo, la intriga me mata!!! >.<

Unknown dijo...

Me encanta ,lo continuaras?

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