POV yuto
-está bien, tranquilízate – chinen no paraba de llorar, lo mejor sería salir de aquí, así que me lo lleve hasta los baños para que se refrescara el rostro.

Al llegar le moje el rostro para quitar esas lágrimas que no dejaban de salir. Al mirarme lloro con más ganas, no sabía cómo tranquilizarlo

-está bien chinen, dime lo que paso pero trata de tranquilizarte o no te entenderé.

-es que… ta...ka.. ki.. ya… ya no me quiere! –soltó las últimas palabras en un grito abrazándome sin parar de llorar. Pensaba y pensaba pero no se me ocurría nada para decirle.

-es mi culpa, no debí de ir ayer a tu casa – el negó con la cabeza hundida en mi pecho.

POV Takaki
No entendí porque chinen lloraba abrazado a yuto, salieron del salón y no pude evitar seguirlos, pero al salir choque con Daiki cayendo al piso. Me incorpore rápidamente para salir corriendo. Los había perdido de vista, camine rápido por los pasillos cuando pasaba por afuera de los baños escuche sollozos, conocía perfectamente de quien provenían.

Me quede de pie afuera para poder escuchar mejor

-NO ME QUIERE! – eso resonó en mi mente, acaso estaban hablando de mi?

-chinen no llores, trata de hablar otra vez con el quizás…

-ya lo hice… no… no se que mas decirle… no sé como demostrárselo… ya no se qué hacer! – continuaba llorando, me estaba sintiendo tan mal

-Takaki – la voz de Ryosuke me sobresalto- que ha… – le cubrí la boca para que no nos fuesen a escuchar

-tranquilízate, aun no sabes si ya no te quiere, aun no te lo ha…

-pero es obvio! No me perdona que haya pasado algo entre nosotros…. Ya no me quiere – no pude aguantar más y entre, yuto al notar mi presencia me miro preocupado, Ryosuke que había entrado después de mi se les quedo mirando.

Aun seguían abrazados, sin mucho que pensar me acerque y le arrebate a chinen a la vez que Ryosuke hacia lo mismo pero con yuto. Nos quedamos mirando unos segundos en silencio.

POV Ryosuke
Al entrar a los baños y verlos abrazados no pude evitar sentir celos, me acerque rápidamente y aleje a yuto de las garras de chinen, lo que más me sorprendió fue que Takaki hiciera lo mismo. Un silencio se formo entre nosotros. Chinen alzo la mirada y rompió aquel silencio

-Takaki que haces aquí? – pregunto secándose las lagrimas

-no vuelvas acercarte a yuto!

-ni tú a chinen! – dije sin pensar pero eso era lo que quería, verlos así abrazados me daban muchos celos

Esa mañana no dijimos más y volvimos al salón para ensayar donde de seguro nos esperaba un furioso Yabu que debería de estar lanzando fuego por la boca.

~ ~ ~
El ensayo ya había acabado. En un abrir y cerrar de ojos yuto perdió de vista al pequeño chinen. Tomo sus cosas para salir a buscarlo, quizás se lo encontraría en los camarines, pero no, tampoco estaba allí. Los chicos comenzaban a entrar. Se acerco a Keito para preguntarle si había visto a chinen, pero Keito no tenía ni ganas de hablar de lo cansado que estaba así que solo le negó con la cabeza.

“quizás esta en las otras duchas” pensó, dispuesto a ir a las duchas que quedaban a dos pasillos lejos de la que siempre usaban “quizás quería estar solo” al llegar iba abrir la puerta pero sorpresivamente Ryosuke estaba a su lado tomándolo del hombro para que se girara

-que haces aquí? – pregunto el recién llegado –abrió la boca para responder pero se quedaron callados al escuchar ruidos desde dentro del camarín

-aahh...Ta—Takaki… detente – los dos se miraron sin decir ninguna palabra. Yuto curioso abrió la puerta

-que crees que haces? – pregunto bajito Ryosuke tomándolo de la mano para que se alejara de ahí

-solo quiero ver lo que hacen, no seas pesado – asomo la cabeza por la puerta entreabierta. El agua caía al piso y el vapor subía. Entro pero Ryosuke aun sostenía su mano

-mejor vámonos – dijo el mayor jalándolo del brazo

Yuto como por un oído le entro por el otro le salió. Entro sigilosamente, las cosas de Takaki y chinen se encontraban tiradas en el piso junto con sus ropas. Ryosuke por más que trataba de sacarlo de ahí yuto no quería. Se acercaron al cubículo de la ducha de la cual caía el agua. Pudieron divisar como Takaki tenía acorralado a chinen, dejando el agua recorrer por sus cuerpos desnudos.

-Ta—Takaki... aquí no – le pedía el menor sin oponer resistencia

-no pareces querer que me detenga – se podía ver claramente como el mayor sostenía el miembro de chinen en su mano frotándolo.

POV Ryosuke
Ya no podía seguir parado, viendo como Takaki tocaba de esa forma a chinen, sus gemidos resonaban por todo el camarín y ver cómo estaban me había comenzado a excitar.

Yuto no dejaba de mirarlos. Fue mi imaginación o se había lamido los labios?, respire profundo y con toda la fuerza que tenia tome del brazo a yuto y lo saque de ahí. Como podía mirarlos de esa manera?

Nos encontrábamos fuera del camerino mirándonos fijamente. Podía darme cuenta que su respiración estaba un poco agitada y su miraba me había comenzado a dar escalofríos. Pensé que se acercaría a mí y me besaría pero grande fue mi asombro cuando volteo para irse.

-espera – le dije, se detuvo y giro para mirarme – quiero hablar contigo

POV Yuto
Estaba preocupado por chinen, la reacción de Takaki me había sorprendido pero aun más la de Ryosuke. Después del ensayo no lo encontré. Pensando que estaría en las otras duchas me dirigí hacia allá. Al llegar la repentina aparición de Ryosuke me asusto un poco. Nos estábamos mirando cuando se escucho un ruido proveniente de las duchas, aunque más bien fue un gemido. Conocía perfectamente esa voz, pero quería estar seguro. Así que decidí entrar aun con la insistencia de Ryosuke de que nos fuéramos.

Las cosas de chinen estaban tiradas en el piso junto con su ropa, nos acercamos sigilosamente a uno de los cubículos. Ryosuke apretó mi mano al ver lo mismo que veía yo. Estaba en shock con lo que veía.

Un pensamiento pasó por mi mente, yo teniendo de esa forma a Ryosuke, acorralado contra la pared y tocando su cuerpo. No pude evitarlo y me lamí los labios. Al segundo Ryosuke jalo fuerte de mi brazo y salimos de las cuchas. Ya fuera nos quedamos mirando con un silencio incomodo. Estaba un poco agitado, me había excitado ver a Takaki y chinen desnudos y peor aun imaginarme a Ryosuke junto a mi cuerpo.

Quería besarlo y lo iba hacer pero vi en sus ojos por un momento que tenía miedo. Aun no sabía lo que sentía el por mi y si lo llegaba a tocar no podría soltarlo. Voltee para irme

-espera- no pensé que me detendría, me voltee a mirarlo – quiero hablar contigo.

La alarma del despertador sonó a las 6am, no había podido dormir muy bien esa noche. Había tenido una reunión con el mayordomo de la mansión hasta las 2am a la que también asistieron Yuto y Yuri. No estaba acostumbrado a dormirse muy tarde por lo que aun seguía con sueño.

Le explicaron como serian las cosas de ahora en adelante, todas las mañanas debían de levantarse a las 6am y arreglar el uniforme de los señoritos. Si querían un baño debían de prepararlo. Golpear dos veces antes de entrar a sus habitaciones. No quería aceptarlo pero este trabajo lo agotaría más que cualquier otro.

Se vistió rápidamente. A un lado del armario estaba su uniforme de trabajo, el que usaría luego de llegar de la escuela. No le agradaba mucho el negro pero no le quedaba de otra.

~*~*~

Ya listo, salió de su habitación dirigiéndose a la que se encontraba frente a la suya. Golpeó dos veces y entró, todo estaba completamente oscuro. Con cuidado se acerco a las ventanas corriéndolas un poco para que entrase un poco de luz a la habitación. Se acercó al armario. Había mucha ropa. Terminó abriendo todas las puertas hasta que encontró el uniforme. Si que los ricos eran exagerados. Había muchas copias del uniforme colgadas. Tomó uno y lo dejó sobre la cama para acercarse al durmiente que se encontraba boca abajo durmiendo plácidamente. Chinen no quería pero debía despertarlo.

- a—amo Ryosuke, es hora de levantarse
- hmm… - se removió sobre la cama – cinco minutos mas – dijo ahora boca arriba. No le dio de otra que acercarse a las ventanas y correr completamente las cortinas. Ryosuke se cubrió al instante, al sentir la molesta luz entrar.

“si no se quieren levantar córranles las cortinas y quítenles las sabanas” era una de las cosas que les había dicho el mayordomo anoche. Dio un largo suspiro y tomó las sabanas que cubrían el cuerpo del mayor.

- ¡levántese por favor! – alzó la voz con los ojos cerrados y quitó las sabanas. Todo quedó en silencio. Pensó que no se había despertado pero temía de lo peor si abría los ojos, no sabía de las costumbre de su amo, si dormía con pijama o no.

- así que Kyo se los dijo – abrió los ojos sonrojándose al instante al ver a Ryosuke sentado en la cama solo con ropa interior. Su piel era tan blanca como la suya. Sintió algo en su mano, bajó la vista fijándose que el mayor lo había tomado de la muñeca, para luego sentir un fuerte jalón por parte del otro haciéndolo caer sobre la cama de espalda.

- a—amo?

- debería castigarte por esto, ¿sabes? – y se asustó de ver esa mirada tan seria en el rostro del otro. Anoche no lo miraba de esa forma y por un momento le pareció ver algo terrorífico en el rostro de Ryosuke que no pudo evitar dar un fuerte grito diciéndole que no le hiciera nada aturdiendo al mayor.

- ¡¡shh!! ¡¡No grites!! No voy a… -pero no pudo terminar la frase debido a la interrupción

- ¡¿Yuri?! – Yuto llegó con una camisa blanca entre las manos – ¡¡que cree que hace?! – se acercó a paso firme a la cama y tratando de no ser muy brusco hizo a un lado a Ryosuke y sacó a Yuri de la cama abrazándolo protectoramente.

- es mi dormitorio, ¿qué crees que haces aquí? – le dijo molesto Ryosuke, su rostro expresaba seriamente el enfado, Yuto iba a excusarse cuando

- arruinaste mi camisa – se escuchó decir, Yuto se giró, viendo el torso descubierto de Yuya.

- lo—lo siento, plancharé otra – antes de irse miró a Ryosuke el cual seguía mirándolo con ganas de asesinarlo

Cuando Yuto salió Yuya tomó a Chinen del brazo y lo arrastró fuera de la habitación.

- será mejor que esperes – y cerró la puerta en su cara.

Seguía estupefacto por todo lo que había pasado, ver a Ryosuke casi desnudo y el torso del mayor descubierto. Eso era mucho para él. Sintió una fría mano en su frente y miró hacia el lado para ver de quien se trataba.

~*~*~

- amo Inoo ya despierte – Daiki llevaba casi media hora tratando de despertar a Kei que estaba profundamente dormido – me rindo – dijo lamentándose

Tomó las sabanas que cubrían al mayor y lo despojó de ellas. Trató de sentarlo en la cama pero se le iba de lado a lado. Sin más remedio se quitó los zapatos y se subió a la cama para sentarse detrás del mayor dejándolo cargado en su pecho. Comenzó a desabrochar botón por botón de su camisa de dormir.

Se la retiró y tomó la camisa blanca de la escuela, primero el brazo izquierdo y luego el derecho, se acomodo y comenzó a abotonarla de arriba hacia abajo, le costaba un poco debido a que no podía ver que hacía.

Sin darse cuenta Kei abría lentamente los ojos, sentía un tibio aire en su cuello y algo rozar su piel. Miró unas manos que trataban de abotonar la camisa que traía puesta “desde cuando duermo con camisas blancas?” pensó y se dio cuenta de que su espalda estaba apoyada en alguien.

Empujó al que se encontraba detrás de él. Daiki casi cae de espaldas de la cama.

- ¿qué cree que hace? – ¿tenía que hablar así?, si no fuera porque era el empleado se le hubiera tirado encima para pedirle una explicación por su reacción.

- ¡¡¿QUE CREES QUE HACES TU?!!- la voz molesta del mayor no le asustó en lo absoluto, bajó de la cama y volvió a colocarse sus zapatos

- trate de despertarlo, estuve treinta minutos intentándolo, no di mas y comencé a vestirlo yo – fue la simple excusa del menor.

- ¡¡FUERA DE MI HABITACION!! – le gritó y en menos de dos segundos ya estaba de pie fuera, frente a la puerta. Suspiró “ese chico es realmente extraño”.

Caminó por los pasillos para inspeccionar un poco y conocer el lugar, cuando vio a su amigo frente a una de las tantas puertas. Lo llamó pero este no lo miró. Avanzó hasta su lado y aun no reaccionaba. Miró su rostro que estaba muy rojo y tocó su frente.

- ¿tienes fiebre? – le preguntó y por fin reaccionó

- ¡NO! – dijo sorprendido. No se dio cuenta en qué momento Daiki había llegado. Quitó la mano del mayor pero su sonrojo aun no se iba junto con esas imágenes en su mente.

~*~*~

Yuya besaba el cuello de Ryosuke el cual trataba de alejarlo o más bien, eso aparentaba

- ¿qué hacías con el enano? – preguntó mientras lo acostaba en la cama

- uhmm… no fue mi intención, es que aaahh… Yuya…- gimió al sentir como la mano de su hermano se había colado dentro de su bóxer – me despertó como Kyo uhmm….

- eso no es bueno – y lamió uno de sus pezones apretando un poco mas su miembro.

- tenemos que uhmm…

- amo su camisa ya esta…. – Yuto quedó estupefacto con la escena. De un fuerte portazo cerró la puerta tras de sí para que sus amigos no vieran nada.

Ryosuke trató de cubrirse. No era raro que un empleado los viera en algún acto similar o en una posición comprometedora. La mayoría de la servidumbre sabía la extraña relación que tenía con su hermano, hasta el mayordomo la sabía, siempre los encubría para que su padre no los viera, pero que Yuto los haya descubierto le dio una vergüenza y no sabía dónde esconderse para que no lo siguiera mirando.

Yuya frunció el seño y se acercó rápidamente a Yuto el cual no le quitó la vista de encima hasta ya tenerlo en frente. Yuya tomó su mano y salió con él de la habitación. Chinen y Arioka al verlos se les quedaron mirando, no sabían que había pasado dentro.

El mayor llevó a Yuto hasta su habitación, en el camino se toparon con Kei. Ya estaba listo solo debía ir a tomar su desayuno, siguió su camino sin mirar a su hermano ni a su sirviente.

Cuando entraron Takaki tiró a Yuto de espaldas sobre la cama. Se le subió encima y lo miró furioso.

- si hablas de esto a parte de perder el trabajo jugare contigo hasta cansarme – dijo pasando su mano por la mejilla del menor. Yuto la tomó apartándola de inmediato

- no necesita amenazarme pero si me toca tenga claro que no me quedaré con los brazos cruzados – se levantó un poco apoyándose en sus codos- sé muy bien cuál es mi posición en esta casa – dijo en el oído del mayor y apartándolo un poco se levantó – si no me necesita lo espero en el comedor – y salió de la habitación dejando a Yuya con duda de sus palabras, no había entendido muy, ¿acaso lo estaba retando?

~*~*~

- Chinen será mejor que tomemos desayuno, no quiero morirme de hambre toda la mañana –dijo Arioka caminando. Chinen lo siguió pero tenían un problema…. ¿Donde se encontraba el comedor?

- ¿estamos perdidos? – preguntó Chinen cuando cruzaron una de las tantas puertas de la mansión, entrando a una gran biblioteca

- creo que si –

- será mejor que busquemos a alguien, esta casa es muy grande y está llena de locos.

~*~*~

Inoo llegó al comedor. Su desayuno ya estaba servido pero no había nadie más. Seis tazas servidas y solo él se encontraba ahí

- ¡lo encontramos! – escuchó un grito. Miró a una de las cuatro puertas que conectaban con el comedor y vio a su sirviente al cual no tenía ganas de mirar y al amigo de este.
Entro el mayordomo de la familia.

- ¿dónde están los demás? – preguntó llamando la atención de los jóvenes empleados, pero nadie respondió. Tampoco Yuto tardó en aparecer, tenía que admitir que le costó llegar

Yuya y Ryosuke llegaron casi al mismo tiempo cosa que a Kyo no se le hizo para nada de extraño.
Los tres hermanos Inoo sentados a un extremo de la gran mesa y los tres empleados al otro extremo. Ninguno hablaba, solo escuchaban los servicios y las tostadas al ser masticadas.

- Yuto – dijo el pequeño Chinen pero su voz hizo eco en el salón, Ryosuke se atoró con el jugo al escucharlo. Prefirió callar, luego le preguntaría que le pasaba pues Yuto estaba demasiado serio y eso era extraño.

Titulo: The Princes (Los príncipes)
Autor: Yuuki
Parejas: TakaChii, InooDai, YamaJima, YamaChii, YabuTaro
Genero: Slash, AU, LEMON XD
----

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3


En el jardín imperial se podía admirar las flores con el intenso sol que las cubría con su luz. El viento soplaba tranquilamente meciendo las hojas de los arboles. El primer príncipe caminaba tranquilamente admirando todo aquello a su alrededor, deteniéndose frente de las rosas blancas para tocar sus pétalos con la yema de sus dedos.

Los soldados no se encontraban muy lejos, vigilando que nada extraño sucediera. Todo estaba muy tranquilo hasta que escucho una rama quebrarse y rápidamente volteo esquivando aquella daga que casi roza su piel cortándola. Saco rápidamente su espada. Aquel que lo había atacado volvió hacerlo dando un paso y con la misma daga lo ataco, pero una vez más no tuvo suerte.

El príncipe se defendió y ataco con su espada, lanzando lejos la daga. Tomo a su atacante dejándolo tendido en el suelo boca abajo, con una mano tomo ambas de él, para sujetarlas detrás de su espalda, rozando su espada en ese cuello blanco, un blanco más hermoso que el de aquellas rosas que contemplaba hace unos momentos.

-jmm – sonrió - ¿pretendías matarme con eso? – miro los penetrantes ojos de su atacante que tenía su mejilla derecha tocando la seca tierra.

-¡suéltame! – grito el otro que al intentar hacer un esfuerzo para levantarse sintió la helada y afilada hoja de la espada rozar su cuello, causándole un pequeño corte.

-¿crees que tienes derecho a eso? – vio algo extraño sobresalir de su cuello. Muy hábilmente guardo su espada y soltó las manos del otro.

Intento levantarse pero le fue imposible. El príncipe se había sentado en su espalda baja, cargando todo su peso en él para que no escapara. Con ambas manos rasgó su camisa descubriendo la marca que tenía en esa hermosa piel que no debía de ser marcada. Sonrió malévolamente al recordar el símbolo que correspondía al reino vecino con el cual estaban por ser una alianza y evitar las guerras entre ellos.

-uhmm creo que esto será divertido – dijo sonriendo – ¿cómo es tu nombre? – le pregunto pero no obtuvo respuesta. Se puso de pie dejándolo libre y mirando a los alrededores de que ningún soldado se percatara de lo que había pasado – supongo que esta no será la única vez que nos veamos, espero a la próxima escuchar tu nombre – camino muy seguro, dándole la espalda a su atacante.

Han pasado dos días de aquel encuentro y el príncipe no ha vuelto a ver aquel chico que intento matarlo esa tarde en su hermoso jardín frente de más de diez soldados.

-hermano – entro un chico de unos dieciocho años de edad, luciendo una camisa color crema que tenia abotonada solo tres botones, dejando al descubierto un poco de su blanco torso.

-¿qué sucede Daiki? ¿Porque interrumpes mi sienta? – dijo malhumorado

-estos días has estado muy extraño, dime yuya, ¿ha pasado algo que desees contarme? – se acerco sentándose a la orilla de la cama. El mayor se le acerco.

-¿qué es lo que quiere saber mi adorado hermano? – delicadamente lo tomo del mentón quedando a escasos centímetros de sus labios. El tercer príncipe cerró los ojos pero un ruido los interrumpió, alguien llamaba a la puerta.

-Daiki-sama el príncipe Hikaru lo busca – se escucho desde el otro lado de la puerta

-no deberías jugar conmigo teniéndolo a él – dijo el rubio sonriéndole causándole un sonrojo que trato de ocultar dándole la espalda

-idiota – dijo y camino rápidamente hasta la puerta, azotándola al momento de cerrarla.

El príncipe suspiro mientras se acercaba al balcón.

-¿cuánto tiempo más pretendes esconderte? – cualquiera pensaría que le hablaba al viento pero no era así. Una sombra se movió muy rápido hacia el – ¿acaso eres débil? – sonreía mientras lo miraba a la cara. Tenía sujeta sus muñecas – ¿ahora me dirás tu nombre?

-¡NUNCA! – le grito el más bajo. Rápidamente tomo sus labios y lo llevo a la fuerza hasta la cama, tumbándolo en ella.

Probaba esos dulces labios que tanto le habían apetecido tocar el mismo día en que lo conoció. Se abrió camino en su boca introduciendo su lengua, probando ahora la tibia cavidad y rozando esa lengua que ahora deseaba morder, agotando el poco aire que tenían.

Se separaron jadeando y con un hilo se saliva escurriendo por la comisura de sus labios

-delicioso – dijo lamiéndose los labios. El más bajo estaba sonrojado con una expresión de sorpresa. Sabia a lo que se enfrentaría al momento en que lo mandaron a asesinar al hijo mayor del rey, pero nunca se espero esto, que el príncipe fuera un verdadero pervertido y osara besarlo

-si hablara te encerrarían en las mazmorras para siempre, morirías lentamente hasta que tu cuerpo se pudra en la oscuridad y las ratas se coman tu cuerpo – le dijo el príncipe viendo la seria mirada del otro.

-pero eso no sucederá si hago algo antes – con toda la fuerza que tenía logro voltear posiciones quedando ahora sobre el príncipe.

-muy mal, no debiste de hacer eso – lo tomo de la camisa y lo lanzo haciendo que cayera de espaldas al piso. Se quejo por el dolor al estrellarse perdiendo el aire por un segundo. El príncipe se le acerco tranquilamente sentándose sobre él.

-porque no te das por vencido y vuelves a tu reino, nunca podrás matarme- no dejo que el otro le respondiera capturando una vez más sus labios, colando una de sus manos bajo la camisa que traía puesta. La otra la tenia ocupada sujetando sus manos para que no intentase nada.

-¡yuya! – se escucho un grito desde la puerta, Daiki había vuelto a entrar – ¿!qué crees que haces!? – molesto por la interrupción se alejo de su agresor, devolviéndole el aire el cual trataba de tomar a bocadas

-¿porque interrumpes? – le dijo molesto, tan serio como nunca, pero ese descuido le costó un gran golpe en el rostro cuando el castaño lo golpeo y empujo para zafarse. Y escapo no sin antes tomar su daga – justo cuando tenía pensado no dejarlo escapar tu apareces – Daiki dio un paso atrás sintiendo la amenazante aura de su hermano. Sonrió de medio lado nervioso y antes de que lo fuera agarrar salió de la habitación corriendo por su vida.

Las horas pasaban y él seguía esperando a que volviera aparecer, pero no fue así. Salió al jardín a tomar aire. Los escandalosos gritos de los soldados lo alarmaron, corrió en dirección a donde unos se dirigían encontrándose con algo que no le gusto para nada.

El chico que antes intento matarlo estaba siendo fuertemente golpeado por uno de los soldados. Vio como se lo llevaban a las mazmorras del castillo. No sería bueno que permaneciera ahí pero no podía hacer nada por él, no por el momento.

Espero a que anocheciera y sigilosamente bajo hasta las mazmorras del castillo, metiéndose por los pasadizos secretos que tenía y busco la celda en donde debería de estar. El putrefacto olor lo estaba mareando. Al fin pudo dar con él, pero se encontraba desmayado y con unos grilletes en las muñecas.

Saco las llaves que se había robado y abrió la celda, lo tomo en brazos llevándoselo a sus aposentos. El chico no tardo en despertar un poco desorientado.

-¿que haces? – le pregunto tratando de tener la vista fija pero aun la cabeza le daba vueltas

-no naciste para estar encerrado de por vida, sino que para quedarte conmigo– se le acerco y acaricio su mejilla, delineando con uno de sus dedos esos labios que le sabían tan dulces –No pienso ayudarte a escapar, si te quedas puedes atacarme las veces que quieras pero ten en cuenta que eso tendrá un precio. Tomare tu cuerpo hasta estar satisfecho – el menor lo miro sin comprender muy bien – y por lo que acabo de hacer por ti me la debes, podríamos comenzar ahora.

Beso sus labios ganándose un quejido por la herida que tenía el menor en sus labios. Se detuvo, moría de deseo por poseerlo, aun así no le hizo nada. Solo lo tomo entre sus brazos y mando a preparar un baño de sales para curar sus heridas.

Durmieron juntos. El príncipe no se atrevió a tocarlo hasta que estuviera bien. Al día siguiente el príncipe al despertarse se encontró con la sorpresa de que su asesino no se encontraba a su lado. Se levanto de la cama pero al alzar la vista hacia el balcón lo encontró de pie mirando hacia el jardín. Con el seño fruncido se acerco a sí mismo como se encontraba, desnudo. Lo tomo del brazo y jalo de el quedando entre sus brazos.

-¿qué crees que haces? Suéltame estas desnudo, por lo menos ponte algo – decía tratando se sacarse de los fuertes brazos que abrazaban su delgada cintura

-¿te pongo nervioso? – sonrió triunfante al ver el sonrojo del más bajo en sus mejillas – ¿qué hacías en el balcón? Podrían verte.

-solo quería mirar – dijo escondiendo su sonrojo. Sentir la piel del príncipe en su espalda desnuda lo ponía nervioso.

-¿quieres ir a dar un paseo conmigo al jardín? – le pregunto al oído dándole un pequeño mordisco al lóbulo de su oreja.

En menos de 10 minutos el chico ya estaba listo para salir al jardín pero había un pequeño detalle. No le importo del todo, con tal de salir de esa alcoba se pondría lo que fuera. Mientras caminaban por los pasillos del castillo escucho como varias mujeres hablaban sobre él.

-hey – dijo dirigiéndose al príncipe – ¿qué es consorte real? – Yuya rio ante la pregunta

-¡YUYA! – escucharon no muy lejos de ellos – ¿!QUIEN ES ELLA!? – pregunto Daiki apuntando hacia el menor – ¿!DESDE CUANDO TIENES UNA CONSORTE!? ¿¡PRETENDES HACERLA PRINCESA!? – ¿había entendido bien? ¿Ese chico había dicho princesa?

-¿prin…cesa? – susurro el menor haciendo una mueca de desagrado

-claro, es demasiado linda ¿no crees? – dijo el primer príncipe acariciando los cabellos de la chica o más bien, el chico a su lado – como sea, me da igual lo que pienses, ahora si nos disculpas tenemos cosas que hacer – tomo al menor en brazos

-¡YUYA VEN ACA! – pero el mayor parecía no escucharlo –¡¡¡YUYA!!!

En la alcoba del príncipe:
-aun no me dices tu nombre – dijo el príncipe

-no es algo que sea importante, ¿no? – le respondió el otro. El rubio lo dejo sobre la cama boca arriba quedando sobre él.

-si voy hacerte amor quiero saber tu nombre –

-pero que… - sonrojado, saco la daga que tenía en una de sus piernas. Molesto, el príncipe tomo sus manos dejándolas sobre su cabeza – ¡no soy una mujer! – dijo enojado

-pero lo pareces, o más bien, eres más hermoso que todas las mujeres de este reino – acaricio su rostro con su otra mano – ¿me dirás tu nombre?

-chinen – dijo evitando la penetrante mirada del rubio – chinen Yuri

-Yuri – tomo su rostro para que lo mirase – esta noche serás mío

Copyright © 2011 YuukiNii's Fics ♥. Designed by MakeQuick, blogger theme by Blog and Web | Posts RSS | Comments RSS