Los tres se encontraban boquiabiertos delante de aquel gran portón, mirando a lo lejos la mansión.

-Yuto ¿estas seguro que es aquí? – preguntó el mayor sin dejar de mirar la mansión.

-si – fue la corta respuesta del otro

-¿se les ofrece algo? No recibimos vendedores – escucharon a sus espaldas, voltearon y vieron a un chico con su mismo uniforme y maletín de escuela.

-amm, nosotros venimos por el trabajo – dijo el mayor, su rostro se le hacía conocido. De seguro lo había visto en algún pasillo de la escuela.

-¿trabajo? No necesitamos más empleados – se acercó a la reja pasando al lado de ellos – Kyo abre la puerta – dijo por el citófono

-pero el anuncio – dijo Chinen con el papel en la mano

-no sé de qué me hablan – esperó a que le abriesen la puerta pero el mayordomo no tardó en aparecer, abriendo personalmente la reja – a la próxima no tardes – y se adentró a la casa sin mirar atrás.

-¿se les ofrece algo chicos? – preguntó amablemente el mayordomo

-este, encontramos un anuncio en el periódico y… -decía Chinen

-queremos tomar el puesto – terminó por decir Yuto

-el anuncio… -el mayordomo los miró con rareza – está bien, deben hablar con el señor, síganme

Siguieron al mayordomo hasta entrar a la mansión. Los hizo esperar en la entrada un momento

~*~*~*

Hablar con su padre fue un total desastre, le sermoneó todo el rato que no debía dejar solo a Kei, que aunque no quisiese debió regresar con él a casa. Supuso que Ryosuke ya había terminado su baño por lo que se dirigió a su habitación. Giró la perilla pero esta no cedió.

- ¿Ryosuke? – preguntó pero no obtuvo respuesta. Ryosuke no dejaba nunca la puerta con llave a menos que quisiera estar solo.

Suspiró y no le dio de otra que irse a su habitación hacer su tarea.

~*~*~

Al entrar a la mansión se fue directo a su habitación, no quería ver ni hablar con nadie. Tiró su maletín a la cama y se desvistió para tomar un baño.
Y olvidar todo lo que había ocurrido en el día hasta el encuentro con esos tres chicos fuera de su casa.

~*~*~

Después de pensar en su madre se había deprimido, le echaba de menos, no podía dejar de llorar. A los 12 años perdió a su madre, le hizo realmente falta, no encontraba consolación ni palabra lindas por parte de su padre por lo que las buscó eso en otra persona, su hermano mayor. Llevándolo a una relación realmente extraña y fuera de lugar.
Se quedó sobre la cama llorando hasta que se quedó dormido.

~*~*~

El mayordomo volvió y los llevó al despacho del señor Inoo el cual los esperaba sentado en su escritorio

Al entrar el mayordomo los dejó solos, haciendo una reverencia antes de irse.

- así que vienen por el anuncio del periódico – habló el señor poniéndose de pie – soy el dueño de esta casa – se presentó ante los chicos estirando su mano. Los tres se presentaron de igual manera.

- bien, al parecer no leyeron bien el anuncio – dijo el señor en su asiento, los otros tres estaban sentados sobre un sofá que había en el despacho. De repente el mayordomo entró con una bandeja la cual tenía pequeñas tazas de té – el anuncio decía “se necesitan tres personas para empleados personales de tres chicos” – los tres miraron interrogantes – más abajo decía “chicas jóvenes”

Chinen abrió el papel que tenía en sus manos casi rompiéndolo por el nervio. Lo iba a leer pero no pudo ya que Yuto se lo arrebató de las manos y seguido Daiki, el cual leyó el anuncio en voz alta. Los tres se sonrojaron y se pusieron de pie al instante

- lo sentimos, fue un error – habló Daiki por los tres, haciendo una reverencia. El señor comenzó a reír. El mayordomo se aguantó la risa quedándose de pie al lado de ellos

- está bien, son los únicos que han venido, por lo cual les daré el puesto si están de acuerdo – a los tres se les iluminó el rosto – por lo visto son de la misma escuela que mis hijos y no veo el por qué necesiten el trabajo si pueden pagar tal escuela, pero tampoco escucharé sus razones. Pero no quiero retrasos por lo cual no es necesario que vengan desde sus casas, desde hoy deberán vivir aquí. Mi chofer los llevará hasta sus casas para que empaquen – desvió la mirada – Kyo por favor manda a que arreglen sus habitaciones – el mayordomo asintió y salió hacer lo que le habían dicho.

Los tres chicos con enormes sonrisas caminaban en dirección a la puerta para salir del despacho.

- y una cosa más – voltearon – tú, el más pequeño te corresponderá Ryosuke, a ti – dijo apuntando a Yuto – te corresponderá Yuya, creo que se llevarán mejor, y por último – dijo refiriéndose a Daiki – te harás cargo de Kei –se acercó a él –te pido que le tengas paciencia, es un chico difícil de persuadir.-“no creo que sean tan terribles” pensó el mayor – espero que no renuncien como muchas lo han hecho, los chicos no son tan malos pero hay que tener cuidado de ellos.

Después de aquello el chofer de la mansión los llevó hasta el orfanato para que arreglaran sus cosas

- no me lo puedo creer – decía el menor de los tres guardando sus cosas en una pequeña maleta

- ni yo – dijo el mayor

- ¿creen que sean tan malos? – preguntó Yuto pensando en las palabras del señor Inoo

- no lo creo, quizás solo hay que tenerles paciencia – Chinen comenzó a tararear mientras terminaba su equipaje

~*~*~

Los chicos habían sido llamados por su padre. Se reunieron en el despacho. Kei como siempre no tenía buena cara, sentado en el sofá con los brazos cruzados, esperando a que hablara su padre.

Ryosuke tenía un poco hinchados los ojos, llorar tanto para luego dormir no le había hecho muy bien. Sentado al otro extremo del sofá apoyado en el brazo de este, cabeceando a punto de quedarse dormido.

Yuya de pie al lado de Ryosuke mirando como cerraba y abría los ojos

- para qué nos reúnes aquí si no nos dirás nada – habló Kei, lo único que quería era irse a su cama y descansar

- primero esperemos a que lleguen

- ¿que lleguen quiénes? – preguntó el mayor dirigiéndole la mirada a su padre

Al instante golpearon la puerta, al abrirse vieron a tres chicos ingresar al despacho, Ryosuke abrió los ojos con sorpresa

- ¡ustedes! – fue lo que dijo el menor apuntándoles con el dedo.

- ¿qué significa esto? – preguntó Kei poniéndose de pie

- desde hoy ellos serán sus sirvientes, a las chicas que había contratado por una extraña razón todas renunciaban – dijo mirando a Ryosuke – ya sé cual es la razón pero no hablaremos de eso ahora

- ¡no necesito una niñera! – se quejó Kei dirigiéndose a la puerta con evidente enfado

- ¡alto ahí jovencito! – le gritó su padre – no es una niñera, desde hoy él se hará cargo de ti – dijo tomando a Daiki de los hombros – desde hoy harás todo lo que mi hijo te pida, serás su sirviente personal – el señor miraba al mayor de los tres amigos mientras hablaba. Este miró a Kei el cual no tenía buena cara por lo que miró el suelo.

- ¡que divertido! – se escuchó decir, Ryosuke se acercó a uno de ellos tomándole las manos – tener un sirviente y compañero de clases a la misma vez

- Ryosuke no te aproveches – dijo Yuya no muy contento de tener a alguien pegado a él todo el día

- entonces ya se conocen – dijo el señor volteándose para mirarlos

- con permiso me retiro – dijo Kei y salió del despacho

- está bien muchacho – le dio unas suaves palmaditas a Daiki en el hombro – puedes ir con él. Tu habitación está frente de la de Kei por si llegase a necesitarte

Mientras el señor Inoo hablaba con Daiki, Ryosuke se acercó a Yuto para saludarlo pero una extraña sensación sintió al estrechar su mano, separándose de inmediato tratando de disimular.

El señor les indicó cuales serian sus sirvientes, Ryosuke se acercó a Yuri y lo abrazó como si de un peluche se tratase

- qué lindo – dijo abrazándolo un poco mas fuerte

Yuya sintió celos del pequeño, él no sabía la relación que tenían los hermanos por el cual no tenía la culpa. Yuya no estaba muy contento pero por cómo veía a Yuto, no habría mucha fluidez de palabras entre ellos por lo que era lo mejor.

~*~*~

Al terminar de hablar con el señor el cual le explicó lo difícil que podía ser Kei, lo dejó retirarse a su habitación. El mayordomo lo llevó hasta ella, el camino a las habitaciones era nuevo para él. Miraba en todas direcciones las cosas antiguas que había en aquella mansión.

Entraron a la habitación la cual ya tenía sus maletas dentro. El mayordomo lo dejó solo para que comenzara a ordenar sus cosas. No podía evitar sentirse extraño pero a la vez emocionado. Cosas muy buenas le estaban pasando

Por fin salió de aquel orfanato. Encontró trabajo. Ahora vive en una mansión y podía seguir junto con sus dos amigos

Se paró frente a la cama, era muy amplia, se sentó a la orilla, era muy blanda. Miró en dirección a una de las puertas que tenía la habitación y se acercó lo más rápido que pudo, la abrió, era un armario muy grande, su ropa no ocuparía ni el cuarto de especio. Muchos cajones los cuales pasarían vacios por mucho tiempo.

Se acercó a otra puerta, era el baño, había una tina, si esta era una habitación solo para la servidumbre no quería ni imaginar cómo sería el cuarto de los “amos”. Se quedó pensando en quela palabra. Se le hacía raro usarla.

- amo Inoo – dijo para ponerse en practica

- ¿qué? – casi le da un paro cardiaco al escuchar y ver al chico del cual serviría, parado a un lado de la puerta

- ah… - aun sentía su corazón latir de prisa por el susto

- ahórrate las palabras, solo vengo aclararte algo – se acercó al chico pero no tanto, no quería tener contacto físico con nadie – no se te ocurra perseguirme todo el día, no esperes a que te pida algo porque no lo haré, no me dirijas la palabra, no te me acerques en la escuela, no me… - iba a continuar pero el menor lo interrumpió, es que escuchar todo eso lo desganaba. Si hacía todo eso no trabajaría y quizás lo correrían de la mansión

- amo – y es que esa palabra era tan extraña pero el otro estaba acostumbrado a ella– no puedo hacer todo lo que me pide, es mi trabajo estar pendiente de usted y sería como no trabajar – dijo sin hacer ni una pausa.

Kei se le quedó mirando y suspiró. De verdad su padre se había pasado, poner a un hombre a sus servicios y peor, un chico de su misma escuela “un momento” se dijo mentalmente

- si vas a nuestra escuela, ¿por qué quieres trabajar?

- bueno porque – se le prendió el foco rápidamente y parpadeó un par de veces y volvió a ponerse serio – porque…

- no respondas, no me interesa. De todos modos no te me acerques a menos que te lo diga – y salió de la habitación

~*~*~

Yuya al igual que Kei no soportó más tiempo ahí, menos ver como Ryosuke no soltaba a Yuri por lo que dejó el despacho y se fue directo a su habitación. Estaba molesto. Tiempo con Ryosuke no iba a poder pasar si tenía al enano pegado a él cómo lapa todo el día.

Justo en ese momento se le ocurrió qué hacer para mantener al enano aunque fuesen unas horas lejos de Ryosuke.


POV YURI
El camino a casa era tranquilo. La comunicación entre Ryutaro y yo ya no era la misma de hace un año. Todo ha cambiando mucho incluso a veces siento como si intentara seducirme o más bien es uno de sus tontos juegos para volver a dejarme en ridículo.

Al llegar a casa me dirigí rápidamente al baño para tomar una relajante ducha. La práctica había sido como siempre, muy agotadora.

Mientras lavaba mi cuerpo recordé los suaves que eran los labios de Inoo. Siempre supe que le gustaba Daiki pero no quería aceptarlo. Desde mucho antes de entrar al equipo me había fijado en él y cuando Takaki lo descubrió aprovechó la ocasión… no puedo entender como pude entregarme a ese idiota tan fácilmente. Mirándolo bien, si es un idiota posesivo. Nunca en mi vida podría sentir por el lo que siento por Inoo. No, definitivamente nunca.

- Aah…- suspiro - Solo me besó porque Daiki estaba ahí, solo por eso. Si supiera el daño que me hizo aquello.

Terminé de bañarme y al correr la mampara recordé.

- Demonios… ¡¡RYUTARO!! – ¿por qué diantres no había ninguna toalla en el baño? – ¡¿RYUTARO PUEDES TRAERME UNA TOALLA?! – maldición y no estaban nuestros padres, es que tener que pedirle algo a mi hermano no me gustaba o luego me lo sacaba en cara y debía de ayudarle en las tareas.

- Aquí tienes… - dijo entrando al baño, yo aun seguía detrás de la mampara, me dio un escalofrió al darme cuenta de cómo me miraba.

- Dámela – dije estirando la mano para alcanzar la toalla. El se acercó pero no dejaba de mirarme el pecho – ya te puedes ir – le dije.

Me dejó la toalla y salió del baño, pero qué le pasaba, solo Takaki me miraba así. Moví la cabeza para dejar de pensar en eso, mi hermano no podía pensar como Takaki, ¿verdad?, después de todo somos hermanos aunque no sea de sangre.

Me sequé y salí dirigiéndome a mi habitación pero primero quería tomar un poco de jugo. Caminé hasta la cocina percatándome de que no estuviera Ryutaro. Abrí la nevera pero no había jugo.

– Maldición, ¿es que en esta casa no hay nada para tomar? – la nevera estaba casi vacía, solo tenía unos huevos, unas cuantas verduras y una caja de leche – que pobreza – tomé la caja de leche y al cerrar la nevera me tope con un papel.

“Yuri con tu padre fuimos al súper a comprar cosas para la casa, pórtense bien y no hagan desastres”

¿Pórtense bien y no hagan desastres? Eso deberían decírselo a Ryutaro ya que es un loco cuando no están en casa. Salta sobre las camas, come como cerdo y deja todos los envoltorios de dulces sobre el piso cuando juega videojuegos.

No quería tomar en un vaso, así que tomé de la misma caja, mientras admiraba el papel con aquel mensaje.

- Yuri – escuché y sentí unas manos frías rozar mi espalda desnuda ocasionándome un escalofrió y a la vez un susto. No pude evitar escupir la leche, mojándome un poco el torso.

- pero que… ¿qué crees que haces? - dije volteando y tomando un paño para secarme – no me vuelvas asustar así – dije molesto, pero nervioso, nunca antes me había tocado de esa manera, si quería asustarme pudo haber hecho otra cosa, como aparecer de repente, no tocarme así – mira lo que me hiciste hacer, me acabo de bañar – alcé la mirada - Ryutaro en que pen… - vi como se acercaba a mí, sus labios estaban demasiado cerca, me asusté tanto que lo empujé tirándolo al piso – maldición – ahora me asusté porque se golpeó la cabeza, me agaché para ver que no estuviera lastimado.

- No tenías porque empujarme – me dijo adolorido con una mano en su cabeza.

- Tú no debiste de acercarte así, acaso crees que… - pero esta vez sí que no pude seguir, tan desprevenido y preocupado por él, que aprovechó y me besó. Fue salvaje, lo volví a empujar golpeándose una vez más en la cabeza

- ¡Auch! – gritó

- ¡no te vuelvas acercar a mi o te ira peor! – me levanté rápidamente y me fui a lavar el torso. Al parecer seguía en la cocina por lo que aproveché y me metí a mi habitación cerrando con pestillo. No salí de allí hasta que llegaron nuestros padres.


POV YUTO
Estuvimos esperando a su amigo un buen rato pero no apareció, Ryosuke decidió que lo mejor era irnos pronto, de seguro no quería ver a ese chico con el que nos peleamos. Mientras caminábamos ninguno hablaba. Estaba incómodo y el clima soleado era perfecto para tomar un helado.

- ¿Quieres ir a tomar un helado? – le pregunté, me miró pensativo y luego aceptó.

Fuimos a la heladería del parque, al parecer él conocía más este sector que yo. Pedimos nuestros helados y por más que me reprochó no lo dejé pagar su helado, después de todo yo había invitado.

Nos sentamos en una de las bancas del parque. Por cómo nos miraban una que otra chica pensé “¿tendrá novia?” quizás sería vergonzoso preguntarlo pero quería saber. Estaba tan concentrado en su helado que no se dio cuenta de que lo miraba.

- Ryosuke… - dije para que me mirase. Me miró sin dejar de lamer su helado – ¿tienes novia? – en ese momento me miró con enormes ojos y su lengua a medio lamer el helado.

- No – volvió a lamer su helado – pero me gusta alguien – sus mejillas se volvieron rosa, “se ve tierno” pero qué diablos estoy pensando, encontrar tierno a otro hombre es raro – y tú, ¿tienes novia? – preguntó mirándome, esperando mi respuesta.

- No – respondí volviendo apoyar mi espalda en el respaldo de la banca.

- ¿Pero te gusta alguien? – suspiré pesadamente

- Me gustaba alguien, pero no era correspondido – dije mirando hacia el frente, viendo como dos chicas jugaban en los columpios.

- ¿quién? – preguntó de inmediato.

- Keiko, ¿la conoces? Me rechazó porque está enamorada de otro chico, un tal Yamada, cuando me lo dijo comencé a buscar a ese chico, te juro que quería golpearlo pero nunca lo encontré – dije sonriendo, dejé de hablar y lo miré, me miraba con sus enormes ojos sin hablar, pestañé un par de veces y miré su mano la cual soltó el helado cayendo sobre su pantalón. Rápidamente tomé el cono y lo tiré al piso comenzando a limpiar su pantalón pero el parecía no reaccionar – Ryosuke ya deja de estar en las nubes, mira tú pantalón – dije sin dejar de limpiar pero había quedado una mancha.

- Yuto… – levanté la vista para mirarlo, nuestros rostros estaban muy cerca – si lo encontraste… ¿aun deseas golpearlo? – me preguntó. Arqueé una ceja.

- ¿De que hablas?

- Ryosuke… Yamada Ryosuke – no me percaté de lo que había dicho hasta procesarlo unos 5 segundos, me alejé rápidamente de el poniéndome de pie. – así es Yuto, yo soy ese tal Yamada – su mirada triste, como si temiera de mi reacción.

No sabía que decirle. No sabía cómo reacciones, todo era muy confuso, saber que la persona que buscabas hace mas una semana es la misma que ha estado a tu lado todo ese tiempo. Estaba desilusionado. Me volteé, no quería estar ahí, no podía mirarlo ahora, lo admiraba y ahora, ahora que sabía quien era. ¿Adónde se iba toda esa admiración?

- Espera – dijo tomándome de la muñeca – no te vayas – su voz baja, ¿acaso estaba preocupado? Pero no podía mirarlo – si aun quieres golpearme hazlo ahora pero no te alejes de mi – ¿por qué me decía eso? Buenos amigos, buenos amigos era lo que quería que fuésemos.

- No – hice una pausa – hablamos luego – y me soltó. Caminé lo más rápido que pude y al ya estar un poco alejado del parque me detuve y miré hacia atrás.

- ¿Por qué tú? ¿Por qué tenía que ser precisamente tú? ¿Por qué mejor no te llamaste Takahashi Ryosuke o Koishikawa Ryosuke?
FIN POV YUTO~


Ese día Inoo, Daiki, Ryosuke, Yuto, Yuri ni Ryutaro pudieron dormir bien. Inoo estaba tan agobiado, no podía dejar de pensar en el beso que le dio a Chinen y el por qué, solo para sacarle celos a Daiki. ¿Pero celos de qué? Si Daiki le había dejado bien en claro que no sentía nada por él.

Daiki pensaba una y otra vez en la imagen de Inoo y Chinen, no era que le guste Inoo solo que, si le había dicho sus sentimientos y golpeado a su mejor amigo por él, ¿por qué se andaba besuqueando con otros? Y por otro lado Ryosuke, ¿dónde se había metido?, ni siquiera lo esperó para que se fuesen juntos a casa. Yuto pasaba a su lado y eso le estaba molestando. Celos, malditos celos, pero era inevitable.

Ryosuke se sentía tan mal que no quiso cenar. Nunca se imaginó que Keiko fuera la chica de la cual Yuto estaba enamorado, enamorado… esa palabra le resonaba una y otra vez en la cabeza. “debe de odiarme” pensó con un brazo tapándole los ojos mientras trataba de dormir pero no podía.

Yuri cerró su habitación con pestillo, no quería que Ryutaro entrase, siempre entraba sin permiso y eso ahora lo pondría nervioso. No quería seguir pensando en que lo había besado. Tenía miedo de su propio hermano. Tendría que verlo sábado y domingo todo el día a menos que saliera de casa pero no sabía a dónde ir.

Ryutaro inventaba una y mil excusas para decirle a Yuri, si le decía la verdad ¿qué pasaría? Abrazado a su almohada como si quisiera estrangularla. La luz de su velador encendida, no quería apagarla, no tenía sueño. El rostro que había puesto Chinen lo tenía preocupado, quizás hasta dejaría de hablarle.

Sin darse cuenta los 6 chicos cayeron dormidos minutos después.

Yuri se despertó temprano, no quería estar en casa, no quería verle la cara a su hermano, no por ahora. Les avisó a sus padres que saldría. No tomó desayudo, no quería retrasar su salida. Para cuando Ryutaro despertó no encontró a su hermano, solo vio a sus padres tomar desayuno. Les preguntó por él. Cerró fuertemente sus puños al saber que se había ido a la casa de Takaki. Su humor ahora era de los mil demonios.

Caminaba lentamente por las calles desoladas pensando en si sería bueno ir donde Takaki o no, no le había llamado para avisarle. Si no estaba en casa ¿a dónde se iría?, no sabía donde vivía Yuto, tampoco Keito. Era obvio que no iría a casa de Inoo.

Cuando llegó miró detenidamente el timbre hasta que se dio el ánimo para levantar la mano y tocar. Nadie salía por lo que comenzó a tocar repetidas veces. Los padres de Takaki no estaban los sábados y si es que el mayor estaba, de seguro estaría durmiendo, sino no le daba de otra que volver a casa.

- Maldición – dijo girándose para volver, tendría que ver a su hermano y no quería. Se fue a un parque para pasar un rato. Le estaban pasando tantas cosas que no sabía qué hacer. Se asustó al sentir unos fuertes brazos tomarlo por la espalda. Pero ese aroma le era tan familiar.

- Menos mal que te encontré, pensé que volverías a tu casa – dijo el pelirrojo. Chinen se volteó y lo acercó a su rostro para dejar un corto beso en sus labios.

- ¿Por qué no vamos a tu casa? – los dos sonrieron de medio lado. Takaki tomó su mano y se fueron casi corriendo.


~*~*~

Daiki a penas se despertó tomó el teléfono y llamó a Ryosuke, el cual le contestó gruñendo, aun tenía sueño y quería seguir durmiendo. Esa tarde quedaron en verse, irían a los videojuegos a pasar el día.

~*~*~

Al solo dar un paso dentro de la casa, Takaki tomó a Chinen de la cintura para acercarlo y besarlo. Como pudieron se sacaron las zapatillas, dejándolas desordenadas. Con dificultad subieron las escaleras. ¿Desde cuando habían tantos escalones? Pensó Takaki.

Al terminar los escalones tomó a Chinen de ambas piernas para tomarlo en brazos. No dejaban de besarse. Pero la puerta de su habitación estaba cerrada. Apoyó a chinen en la puerta y giró la perilla, al hacer eso casi caen y rieron entre besos por eso. Se acercó a la cama y ahí lo dejó. Se quitaban la ropa como podían, besándose hambrientamente.

Takaki se desabrochaba el pantalón mientras Chinen trataba de hacer lo mismo. Hace una semana no tenían sexo y solo ayer chinen dejó que lo tocara. Estaban completamente desnudos y excitados, Takaki se movía entre las piernas del menor como si lo estuviese embistiendo, sacándole esos tan exquisitos gemidos que tanto le gustaba oír.

- Ya… ya hazlo – pedía con dificultad el menor que aprovechó que Takaki se levantó un poco de su cuerpo para tomar su miembro y masturbarse. Pero este alejó su mano dejándola sobre su cabeza.

- No hagas trampa – y sin previa preparación penetro a Chinen sacándole un grito de su garganta.

- ¡¡AAHH!!...NO... ASI… ASI NO… - pero no lo tomó en cuenta. Lo tomó para que quedara sentado sobre su cadera – MALDITO… DUELE – se quejaba con los ojos cerrados.

- Sé que te gusta – le dijo con voz ronca tomándolo de ambos lados de los muslos para moverlo sobre él.

- ¡¡¡AAAHH!!! – no le quedó de otra que aferrarse del cuello del otro.

Con cada embestida el dolor desaparecía y su miembro volvía a despertar friccionándose entre ambos cuerpos.
Gemía en su oído, sabía que a Takaki le encantaba escucharlo gemir sobre todo si decía su nombre. Estaba tan concentrado en su placer que al abrir los ojos se sorprendió. Miró por la ventana que Inoo se encontraba fuera de la casa del mayor.

- Inoo… -

- ¿Inoo? Me llamo Takaki… uhmmm no imagines que… lo haces con él – se echó un poco hacia atrás y atrapó sus labios, pero Chinen trataba de alejarse.

- Inoo…- volvió a decir, Takaki frunció el seño molesto – a—afuera – Takaki miró por la ventana y efectivamente su amigo se encontraba ahí. Tan sumido estaba que no escuchó sonar el timbre. Pero aun así no se detuvo – de—detente - volvió a mirar. Su corazón acelerado a más no poder, Inoo había sacado unas llaves y estaba abriendo la puerta – viene… viene… -puso sus manos a ambos lados de los hombros del mayor para alejarse pero solo lograba que Takaki lo tomara con más fuerza, volviendo a recostarlo en la cama aumentando el movimiento de caderas, haciéndolo mas frenético, gozando del cuerpo del menor.

Chinen gemía cada vez más fuerte y entrecortado.

- Aaahh me... me vengo... – con los ojos cerrados, con temor a ver a Inoo cuando los viera de esa manera.

- ¡¿TAKAKI?! – escucharon de la primera planta entrar a Inoo. Pero Takaki no dejaba de embestirlo, Chinen se mordía el labio para no gemir, el mayor al darse cuenta se acercó y lo besó, dejando sus labios rozar los del otro para que dejara escapar esos tan exquisitos gemidos.

Dos embestidas mas y se corrieron con un gran gemido. Al terminar, Chinen se lo quitó de encima botándolo de la cama. Tomó sus ropas y se metió al armario. Takaki rio al verlo tan desesperado por esconderse.

- Ta.. ¿Takaki? – Inoo acababa de entrar a la habitación y vio a su amigo completamente desnudo, sudando y sentado en el piso – ¿qué haces? – miró hacia todos lados buscando algo – ¿por qué no me respondías cuando llamaba a la puerta?

Takaki se puso de pie y se sentó en la cama y cubrió su entrepierna con las sabanas

- Estas sudando, ¿qué hacías? –

- Solo tenía una pesadilla – respondió tirándose hacia atrás y quedar acostado en la cama

- Estas… ¿solo?

- Claro

- Pero hay un par de zapatos que no creo que te queden – dijo recordando las zapatillas desparramadas en la entrada – recuerdo verle esas zapatillas a Chinen.

De repente se escucho un ruido proveniente del armario. Chinen trataba de vestirse pero al escuchar que Inoo lo nombraba se fue hacia atrás golpeándose la cabeza con la madera – ¿qué fue eso?

- Anoche puse mal unas cajas de seguro se cayó una – miró a Inoo que no tenía cara de estar creyéndole - ¿Qué?, ¿crees que Chinen está ahí escondido porque tuvo sexo conmigo y no quería que nos vieras? – Chinen asustado casi sin quedarse sin aire por lo que escuchó – no seas idiota, Chinen vino ayer y dejó sus zapatillas aquí, quería ponerse los de la escuela y simplemente olvido las zapatillas – respondió como si nada poniéndose de pie sin soltar la sabana con la que se cubría la cintura – ¿Tú crees que Chinen sería capaz de eso? – se acercó al armario y lo abrió como si nada, a Chinen casi se le sale el corazón por la boca. Si no fuera porque se escondió detrás de la ropa que colgaba.

- No, claro que no y de él te vengo hablar – el mayor cerró la puerta del armario girándose con una toalla en las manos – sobre lo de ayer, ¿él te dijo algo?

- ¿La verdad? Pues no, no dijo nada, no tuvimos una amplia conversación después de eso – salió de la habitación camino al baño e Inoo lo siguió.

Chinen aprovechó eso para salir del armario e irse a paso veloz de la casa. No quería ni pensar la vergüenza que pasaría si Inoo lo descubría. Y con Takaki… se las vería con él el lunes, le daría su merecido por decir todo eso y de paso tendría que contarle todo lo que habló con Inoo en su ausencia.

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Una vez más decidieron pasar el día juntos como amigos en casa de Arioka, pero por asuntos familiares Inoo tampoco asistió, ya todos sabían porque no se había presentado. El hermano del menor lo odiaba y no lo dejaría entrar a la casa. Aunque el no estaba Inoo prefirió no ir, no quería tener problemas después.

-porque no nos vamos a casa de Inoo – sugirió el pequeño chinen que estaba tirado en el piso de la habitación de Daiki mirando el techo.

Todos se quedaron en silencio y miraron a Daiki que estaba sentado sobre su cama.

-que, que pasa - pregunto al ver a cada uno que lo miraba

-quieres ir a la casa de Inoo? – pregunto Yabu

-pero…

-Inoo ha venido solo una vez a tu casa, pero luego de lo que paso tu hermano no lo dejaría pisar una vez mas esta casa, no es que tuviera cosas que hacer, fue por tu hermano que no quiso venir – un silencio se formo en la habitación, los otros esperando a que el menor hablara.

-esta bien – dijo con la cabeza gacha, sintiéndose un poco culpable por lo que había dicho Yabu.

Tomaron sus cosas y salieron en dirección a la casa del pelinegro.
Inoo estaba aburrido tirado sobre su cama con nada mas que hacer que mirar el techo y sentir el poco viento que corría rozar su mejilla. Hacia un calor infernal por lo que tenia la ventana abierta y un ventilador al lado de la cama.

Hace poco se había tirado a la piscina por lo que estaba en short y sin polera. Su prima aun seguía en la piscina con su pequeña hermana.

Sonó el timbre de la casa y desganado se puso de pie y bajo las escaleras. Abrió la puerta lentamente y quedo sorprendido al ver a sus amigos fuera mirándolos todos con una sonrisa.

-a la piscina!!! – grito chinen empujando a Inoo para que se hiciera a un lado y subió a su habitación para cambiarse de ropa. El mayor aun seguía en shock con la visita.

Poco a poco comenzaron a pasar uno a uno saludándolo con un golpecito en el hombro, dirigiéndose todos a su habitación, pero su mirada se poso en Daiki que fue el ultimo en entrar que lo miro como si estuviera pidiendo permiso. Inoo sonrió lo tomo del brazo y lo hizo entrar, lo llevó hasta su habitación donde estaban todos cambiándose. Lo dejo dentro y salió para ver a su prima y su hermana.

-Haruka!? – no estaban en la piscina por lo que se dirigió a la habitación de su hermana. Se percato de que estuvieran bien y se fue en dirección al patio de la casa.

Sonreía como tonto de solo pensar que sus amigos lo habían ido a ver y que Daiki también estuviera.

-de que tanto te ríes? – estaba tan sumido en sus pensamientos que no se había dado cuenta de la presencia del mayor asustándolo.

Detrás de Yabu aparecieron los demás los cuales en un intento entre todo tomaron a Inoo y lo tiraron a la piscina. Todos reían mirando como este salía de la piscina todo empapado y con el cabello tapándole los ojos.

-ya verán! – dijo Inoo tomando al primero que tenía más cerca, Ryosuke, al cual lanzo a la piscina.

Daiki tomaba sol a un lado de la piscina junto con chinen.

-te pusiste bloqueador? – llego Takaki tapándole el sol, chinen trato de mirarlo pero solo veía su silueta.

-no – respondió y el mayor se sentó a su lado y puso en su vientre y pecho bloqueador haciendo que el menor se estremeciera.

-es de chocolate? –

-sí, toma póntelos – y le paso sus lentes de sol. Chinen comenzó a reír por las cosquillas que sentía cuando Takaki pasaba sus manos por su vientre – bien, date la vuelta – el menor obedeció y se puso boca abajo para que Takaki le pusiera bloqueador en la espalda

-Daiki tu te pusiste bloqueador? – pregunto chinen mirando a Daiki

-no – se incorporo quedando sentado y le quito el frasco de bloqueador a Takaki

-hey! Dame eso! – le dijo Takaki arrebatándole el bloqueador. Daiki hizo un puchero y el mayor suspiro – INOO! – grito llamando al nombrado que se encontraba en la piscina molestando a Yabu. Kei se volteo a mirar y Takaki le hizo señas para que se acercara. Salió de la piscina y se acerco – toma – le paso el frasco de bloqueador e Inoo hizo gesto de no saber para que se lo daba - ponle – y señalo a Daiki que estaba sentado. Se quedaron mirando un momento e Inoo se agacho para estar a su altura.

El menor no dijo nada pero estaba sonrojado. Inoo se hecho un poco en la mano y comenzó a esparcir el bloqueador por el pecho de Daiki. Lo único que escuchaban eran las risas de los demás y la conversación no muy inocente que tenían Takaki y chinen.

-la espalda – le dijo Inoo mirándolo a los ojos. Daiki tardo en reaccionar – sería mejor si te acuestas boca abajo – le dijo. Daiki obedeció y a penas lo hizo no tardo en sentir las manos de Inoo en su espalda. Soltó un corto gemido al sentir la mano del mayor descender por su espalda. Inoo fue el único que lo escucho y se sonrojo. No pensó que fuera a causarle algo así al menor. Volvió a repetir la acción escuchando otro gemido que Daiki que trato de callar mordiéndose el labio inferior.

A penas término se puso de pie y se adentro en la casa. Se había excitado de solo escucharlo y tenía que arreglar el problema que tenia entre las piernas, no quería que nadie lo viera así.
Mientras en la piscina alguien estaba en su mismo estado. No quería levantarse del pasto o pasaría vergüenza. Se quedo de espaldas al sol con la cabeza apoyada en sus brazos. Esperaría lo que bastara para que su cuerpo olvidara esas sensaciones.

A primera hora salí de casa, no había dormido muy bien de solo pensar en el, en verlo y decirle la verdad, si él no lo hacía yo lo haría. No era el indicado para decírselo pero por su actitud de seguro no se lo diría hasta que fuera muy tarde para reparar lo que hizo. No quería verlo sufrir, yo nunca le haría sufrir sabia que el amaba a Daiki de hace mucho tiempo pero no lo quería aceptar, me dolía aceptarlo, dejarlo en sus brazos sin luchar por él y el sin valorar el amor que sentía, engañándole con aquella chica.

No me demore mucho en llegar a su casa, ya estaba afuera solo faltaba que tocara el timbre

- yuto? – la voz de su madre me sobresalto dándome un gran susto

- hola… - fue lo único que atine a decir, tan nervioso estaba de volver a pisar su casa?

- vienes a ver a Ryosuke? – al escuchar su nombre me estremecí

- si… se encuentra? – sentía mis mejillas arder

- claro!, está durmiendo, pero pasa – entre mirando para todos lados, hace tiempo no venia – justo tenía que salir y no quería dejar a Ryosuke solo, podrías quedarte con él mientras vuelvo?

Y como negarme a la persona que había dado a luz al chico más lindo de todos, la persona que más admiraba por haberlo criado tan bien. Su madre se fue dejándome solo en la primera planta, todo en completo silencio. Nervios tenía de subir hasta su habitación. Salí al patio de la casa para tomar un poco de aire

Escuche unos pasos ir bajando por la escalera.

- mamá? – me quede en silencio aun en el patio trasero de la casa, lo vi pasar por el ventanal pero al parecer no me vio.

Entre pero no lo vi por ninguna parte hasta que escuche como el agua de la ducha caía. Trague saliva de solo imaginármelo, sacudí mi cabeza para alejar todo pensamiento “no yuto no te lo imagines desnudo, no ahora, viniste hablar con él y eso harás” pensé que sería mejor esperarlo en su habitación.

Subí las escaleras hasta su habitación, al entrar estaba todo oscuro, me acerque a la ventana y corrí las cortinas. Todo estaba muy desordenado, no me extrañaba, todas las mañanas era así, hace mucho no entraba a su cuarto. Algunas cosas en otro lugar y otras nuevas.

Me acerque al mural que estaba al lado de la ventana, aun seguía la foto que nos habíamos tomado juntos luego de un partido de futbol que habíamos organizados entre todos. Recordar aquellos tiempos me hacía sentir una nostalgia tremenda.

Después de recordar aquello me gire encontrándome con su mirada de asombro. Emoción, alegría, temor, felicidad, no sabría explicar lo que sentía pero me desconcentre al ver que estaba completamente desnudo, solo aquella toalla amarrada a su cintura.

- ah – no sabía que decir, verlo así estaba llenado mi cabeza de muchas imágenes vergonzosas pero que en verdad me gustaría que sucedieran.

- que haces aquí? – su tono de voz me dolió un poco pero ahora, como responder aquella pregunta? Mi mente se nublo de imágenes de él, tuve que girarme y distraerme con algo. Saque mi celular del bolsillo y puse un juego.

- vine hablar – mi voz sonó temblorosa e insegura

- ah… y de qué? – escuche como abría el armario seguro para tomar ropa seca

- sobre nosotros – nosotros? No había ningún nosotros pero añoraba que lo hubiera

- yuto, estoy con Daiki, nos amamos y… - no lo deje terminar, girándome y acercándome a él. Aun seguía sin vestirse

- entonces si te ama porque besa a otra chica? – le mostré el celular el cual contenía la foto que me había mandado chinen. Su rostro se desfiguro completamente mostrándome cuanto daño le había echo al verla

- es una broma, verdad? Solo quieres alejarme de él, quieres separarnos!! – comenzó a gritarme y a llorar

- no! Escúchame! Chinen me envió esta foto, los vio juntos en una cafeterita, no te estoy mintiendo – lo abrace – no me gusta verte sufrir – dije más bajito

- suéltame! No me toques! – era obvio que no lo soltaría, lo mantuve abrazado hasta que se canso, escondiendo su rostro en mi cuello sin dejar de llorar

No es que quisiera aprovecharme pero moría de ganas de poder tocar sus labios. Lo tome del mentón para que me mirase y lo bese, trato de alejarme pero termino correspondiéndome el beso

- lo siento – le dije ya separados – pero me moría por besarte – se sonrojo, se veía realmente lindo, tome su ropa y lo vestí. En ningún momento desapareció ese tono carmesí de sus mejillas. Estuvimos prácticamente abrazados sobre la cama toda mañana hasta que llego su madre. Me despedí ya que debía irme, su madre me insistió en que me quedara almorzar pero tenía cosas que hacer y si seguía con Ryosuke volvería a besarlo y no quería incomodarlo.

POV chinen

Al despertar sentí un agradable calor que me rodeaba. Me moví un poco y sentí unos brazos sobre mi cintura, abrí los ojos y recordé que Takaki se había quedado a dormir conmigo. Estaba feliz de poder tenerlo tan cerca. Me acerque y deposite un corto beso sobre sus labios, despertándolo. Le regale una sonrisa, se acerco y me beso. Como negarme a sus besos si era lo que más me gustaba.

Comenzó hacer calor, nos quitamos la ropa. Lo besos se hacían más profundos y apasionados. Los roces de su piel me estaban excitando, podía sentir su erguido miembro rozar con mi pierna la cual moví para frotarlo, escuchando pequeños jadeos salir de sus labios, mientras besaba mi cuello y acariciaba mi cuerpo con sus manos.

- hey perezoso es hora de… - no había escuchado la puerta abrirse hasta que escuche la voz de yuto que acababa de entrar. Se quedo paralizado ahí mirándonos desnudos. Takaki sobre mí. Ninguno de los tres articulo palabra hasta que.

- lo siento – dijo yuto saliendo de la habitación. Sentí vergüenza de que nos viera de esta forma.

- no iras tras tu novio? – escuche a Takaki. Lo mire descolocado

- yuto no es mi novio – le respondí en un claro tono de molestia

Acaso aun no le queda claro que entre yuto y yo no había nada más que una linda amistad? Me levante y comencé a vestirme

- no sé cómo quieres que te demuestre que te amo, pero si tan difícil se te es creerme eso ya no depende de mí. Sé que te di razones para desconfiar de mi pero ya te lo dije todo, no te mentí

- creo que es mejor que me vaya – comenzó a vestirse, sentí como mi pecho se oprimía

- no se para que viniste si después de todo no me creerías

-quiero creerte! – me grito asustándome un poco – pero entiéndeme, después de que ustedes… - hizo una pausa para no decir aquello - … lo siento creo que necesito tiempo.

Sin más salió de la habitación dejándome realmente triste, casi con lágrimas a punto de salir, pero tenía que ser fuerte.

No siempre las cosas terminan bien.

POV Ryosuke

Ya era lunes, debíamos reunirnos una vez más en JE. Estaba ansioso por ver a yuto pero a la vez nervioso ya que tenía que hablar con Daiki. Su traición me dolía pero no podía negar que cuando estaba con el también pensaba en yuto. Fue como si nos hiciéramos infiel el uno al otro.

Al llegar solo encontré a Keito y a Kei sentados a un rincón de la sala, los salude animadamente como era de costumbre. A los minutos después llego Daiki y como aun quedaban minutos y no llegaban todos me acerque y le dije que teníamos que hablar, nos alejamos un poco y nos sentamos en los asientos del pasillo.

- Ryo debo decirte algo – hablo primero

- yo también

- pero primero escúchame – me interrumpió, lo mire esperando a que hablara – escucha yo… no podemos seguir juntos – soltó, su rostro de preocupación esperando alguna reacción de mi parte.

- también te quería decir eso – no se pero ya no dolía que me dijera eso, acaso era por yuto?

- hablas en serio?.. digo, no estás molesto? No preguntaras porque? – sorprendido pero a la vez preocupado, quizás se sentía mal por haberme engañado todo este tiempo.

- solo diré una cosa – hice una pausa y le tome las manos – se feliz y no te preocupes por mí que estaré bien – le bese la mejilla y me levante del asiento para volver al salón donde quizás todos estarían ya ahí.

Al momento que entre divise a yuto que hablaba con chinen el cual su rostro estaba lleno de preocupación y angustia, pero… angustia porque?
Yuto lo abrazo acariciando su cabeza, creo que mas celoso no podía estar. Salieron rápidamente del salón, Takaki salió tras de ellos al momento que Daiki entraba chocando con él. Takaki se incorporo rápidamente y salió corriendo tras de chinen y yuto. No entendía lo que pasaba, así que también salí tras ellos haciendo caso omiso de los gritos de Yabu.

Titulo: El juego del sirviente y el amo
Autor: Yop
Parejas: TakaYama, TakaChii, InooDai, TakaJima, YamaJima
Género: Slash, Lemon, incesto
Extensión: serial (proceso)

Resumen: Daiki, Yuto y Yuri reciben una herencia de la anciana del orfanato, dándoles estudios en una prestigiosa escuela de niños ricos. Así que deciden abandonar el que siempre había sido su hogar y buscar un trabajo. Al encontrarlo resulta ser que deben ser mayordomos, dando un gran giro a sus vidas, sobre todo para Daiki.

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Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7

Ningún alma corría por el patio, no había absolutamente nadie. La escuela se veía completamente desierta pero no era que lo estuviera, sino que todos los alumnos se encontraban en sus respectivas clases.

- esto es aburrido – se escuchó, rompiendo el silencio en la sala. Todos voltearon a ver al dueño de aquellas palabras

- si le aburre mi clase señor Inoo puede salir al patio – dijo el profesor molesto. Siempre lo mismo, Inoo diciendo malos comentarios de su clase, pero no era al único, si no que se lo decía a todos los profesores, pero no podían decirle nada, ya que era muy aplicado y sus notas estaban sobre 6.

Inoo Kei hermano medio de la familia Inoo, pero sus dos hermanos no tenían su mismo apellido ya que ellos decidieron llevar el de sus respectivas difuntas madres, cosa que su padre no le molestó en lo absoluto. Estaba más que claro que Inoo era el consentido.

Luego de que el profesor le dijese eso no se molestó en ponerse de pie y salir a paso firme del salón topándose con un chico que estaba de pie fuera, pero no le prestó mucha atención y caminó hasta salir del edificio.

~*~*~


Todos esperaban a que el profesor comenzara la clase. La puerta del salón se abrió dejando ver a dos chicos con miradas asustadas.

- desde hoy ellos serán sus nuevos compañeros – los dos chicos se encaminaron hasta el frente

- mucho gusto, Nakajima Yuto – dijo haciendo una reverencia.

-un gusto en conocerlos, Chinen Yuri, espero que nos llevemos bien – y un incomodo silencio se formó en el salón, los miraron unos segundos más y volvieron a lo que hacían. Unos miraban por la ventana, otros escribían garabatos en sus cuadernos y uno que otro esperaba a que la clase comenzara.

- pueden ir a sus asientos, esos dos que están vacios al fondo – les indicó el profesor.

Se encaminaron hasta sus asientos sin antes Nakajima intercambiar miradas con un chico que cargaba su cabeza en una de sus manos apoyadas en la mesa. Solo fueron unos segundos pero en tan poco tiempo pudo sentir un revoltijo en el estomago.

Cuando ya se ubicaron en sus asientos la clase comenzó.

~*~*~


- esto es aburrido – dijo Inoo en uno de los asientos de la cafetería con un libro en la mano, el que acababa de cerrar luego de terminar de leer.

- para ti todo es aburrido

- Ryosuke - Yamada Ryosuke hermano menor de Kei- guarda silencio –dijo Inoo, estaba harto de que siempre le dijese lo mismo.

- Ryo-Chan, deberías de hacer algo, que tal si sales con Yabu después de clases?

- ¿Yuya estás loco? - Takaki Yuya hermano mayor de Kei – salir con Yabu es para alguien necesitado, lo único que sabe hacer es ir de cita en cita con chicas diferentes – dijo con un poco de asco - ¡¡adivinen!! – gritó Ryosuke, cosa que asustó a los otros dos – tengo dos compañeros nuevos – dijo con felicidad pero en su voz se notaba algo extraño sobre todo en su mirada

- solo no te metas en problemas – dijo el mayor

- ¿podrías dejar ese maldito habito de cambiar los temas de conversación tan drásticamente?

- es mejor que estar hablando de tu aburrida vida – y es que era cosa de todos los días. No se llevaban muy bien pero tampoco se golpeaban, solo se decían unas cuantas palabras.

Inoo se había molestado, estaba a punto de responderle pero Takaki lo interrumpió.

- hermano ¿otra vez saliste de clases? – le preguntó pero no esperó a que el otro le respondiera – muy bien sabes que los profesores pueden dejarte como ausente en sus clases y tus buenas calificaciones no te ayudarán en eso, deberías de tomar las clases como corresponde.

- mejor metete en tus asuntos – odiaba que le dijesen lo que tenía que hacer, se puso de pie molesto y se marchó.

- y bien, ¿como son tus nuevos compañeros? – preguntó el mayor. Se miraron y sonrieron malévolamente pensando en futuras travesuras que podrían jugarle a los dos transferidos.

~*~*~


Estaba tan molesto por lo que no asistió a sus siguientes clases y solo se quedó en el salón de música. No pudo evitar querer tocar el piano. Una triste melodía era lo que había comenzado a tocar. Su mirada fija en las teclas.

El sonido de la puerta lo desconcentró y dejó de tocar para mirar a la persona que lo había interrumpido.

- lo siento, no quise interrumpir – una temblorosa voz se escuchó.

- pero lo hiciste – dijo sin dejar de mirar al chico.

- ¡Daiki ya vámonos! –el nombrado se giró y antes de salir y cerrar la puerta tras de sí volvió a disculparse.

No se le hacía conocido. Se sabía de memoria todos los rostros de la escuela. Pero recordó haberlo visto.

- era él – susurró sin mucha importancia, recordando que era el mismo que estaba de pie fuera de su salón en la mañana. Comenzó nuevamente a tocar al piano olvidando lo que había pasado.

~*~*~


- es triste – dijo mirando el sándwich que tenía en las manos.

- ¿de qué hablas? – preguntó el chico que se encontraba sentado frente a él.

- nada Yuri – respondió y le dio una mordida al sándwich.

- ¡aquí sale un trabajo! – interrumpió uno de ellos y los otros dos tomaron atención para escuchar a Yuto leer dicho anuncio de trabajo.

No eran hermanos pero si criados por la misma persona. Vivieron toda su vida en un orfanato y de su vida antes de eso no recordaban nada. Se habían convertido en grandes amigos, le agradecían a la persona que los cuidó y crió con tanto amor. Lo último que les dejó aquella anciana antes de morir fue la matricula pagada de una muy buena escuela. Si, la mujer murió hace unos días dejándolos en aquel orfanato al cuidado de las otras empleadas.

Pero decidieron que ya era hora de independizarse y encontrar un trabajo para así dejar aquel orfanato y seguir con sus vidas para dejar todo eso en el pasado.

Y como hermanos, siempre estuvieron juntos.

~*~*~


Después de la escuela una limusina pasó por los Inoo. Pero Kei no quiso irse junto con sus hermanos. El chofer no tuvo de otra que obedecer y se llevó a los otros dos.

Necesitaba pensar, algo le hacía falta pero no sabía lo que era. Era un amargado y antisocial, Ryosuke se lo decía siempre y aunque él le encontraba razón no le gustaba que se lo dijeran muy a menudo. No congeniaba con nadie. Solo tenía un amigo, el cual era un mujeriego “de seguro debe estar con alguna chica” pensó.

- ¡es por acá! – vio a tres chicos pasar a su lado. Pero no les tomó mucha importancia.

Nunca lo hacía, era un egoísta, solo le importaba él y nadie más que él. Nunca recibió el amor que quería de su padre. Aunque fuera el favorito no quería decir que le dieran cariño. Solo dinero, siempre era dinero. En ese momento pensó que lo mejor hubiera sido nacer en una familia pobre y así aprender a apreciar lo que tenía.

~*~*~


- ¡¿será idiota?! Teniendo una limusina prefiere caminar – dijo molesto Ryosuke. Aunque fuera el menor y todos pensaran que tenía una personalidad adorable, era todo lo contrario, tenía muy mal carácter. No tenía pelos en la lengua para decir lo que le molestaba y decirle la verdad a la gente y eso era lo que siempre traía problemas, porque Kei de igual manera le respondía.

- ya no te enfades, ¿por qué mejor no aprovechamos que no está? – Yuya lo abrazó por la espalda y fue desatando la corbata del menor tirándola al piso.

- Yuya no estoy de humor – dijo Ryosuke dejándose hacer, mirando como los delgados dedos de su hermano desabotonaban lentamente su camisa, rosando los dedos en su piel mientras descendían.

- nunca estás de humor – le dijo al oído – soy yo el que te pone de buen humor – terminó con voz sensual sin poder evitar sonreír y mordió su lóbulo.

El menor suspiró al sentir manos ajenas en su pecho desnudo, ya había desabotonado su camisa y acariciaba de arriba abajo su pecho lentamente. Giró en sí para mirarlo a los ojos posando sus manos en el pecho del otro.

- esto no está bien – dijo tristemente. En verdad lo hacía de teatro porque muy poco le importaba que fueran hermanos.

- siempre dices lo mismo – ferozmente capturó sus labios que al instante le correspondieron. Beso que no era para nada inocente, les fue subiendo la temperatura cuando sintieron sus lenguas entrelazarse.

El mayor descendió lentamente sus manos por la espalda de su hermano hasta llegar a su trasero y apretarlo contra su cuerpo. Un gemido se escapó de la boca del más bajo.

Se escuchó que llamaban a la puerta y sin mucho afán de separarse solo dejaron de besarse.

- ¿quién? – dijo Ryosuke aun en brazos del mayor

- señor su baño ya está listo – se escuchó a la empleada

- ya voy – le respondió. Se alejó de su hermano para dirigirse a la puerta

-podríamos tomar un baño juntos – le dijo Yuya tomándolo de la mano para que volteara. Cosa que el otro hizo y le sonrió lascivamente.

- podría, pero quiero relajarme –dijo sin más y salió para dirigirse a los baños termales que se encontraban en otra habitación

Todos los cuartos tenían un baño con tina, pero el menor gustaba de las termas, su madre le creo esa manía. Cada vez que se metía al agua recuerdos de su difunta madre venían a su mente por lo que no le gustaría profanar esos lindos recuerdos con una escena de sexo con su hermano mayor.

~*~*~


Después de que Ryosuke lo dejase se fue a su habitación. No tenía nada que hacer. Su tarea la haría luego ya que ganas no tenía.
Aburrido se fue al despacho de su padre para pasar el rato charlando con él, aunque sabía que no lo tomaría mucho en cuenta.
Al llegar entró como si nada, como siempre solía hacerlo. Su padre lo miró a través de los cristales de sus anteojos y desvió la mirada a los papeles que tenía en sus manos

- ¿qué se te ofrece? – le preguntó sin mirarlo

- nada, solo vine a verte – se acercó al escritorio y se sentó en la silla que estaba en frente.

- ¿y Kei? – preguntó el señor. Siempre era Kei, nunca le preguntaba cómo estaba o que hizo en la escuela. Kei siempre era los temas de conversación

- no lo sé, quizás aun no llega – dijo desganado

- ¿aun no llega? ¿No se vino contigo? – preguntó con tono de preocupación

- no, no quiso irse en la limusina, dijo que caminaría – aunque no lo quisiera admitir envidiaba a su hermano, tenía toda la atención de su padre sobre él y no sabía apreciarla.

¿Y por qué era el preferido? Porque su padre en verdad amó a la madre de Kei, el cual se parecía mucho a ella. Su madre y la de Ryosuke habían sido como una simple aventura. Por esa razón despreciaba a su padre, por eso no le gustaba su apellido y usaba el de su madre. Aunque todos aun lo llamaran Inoo.

~*~*~


- ¡¿serás idiota?! ¡Ya nos perdimos! – dijo el mayor de los tres

- ya, no te descontroles, preguntémosle a alguien – dijo el menor pero no se veía ni un alma deambular por las calles, todo era muy silencioso

- estamos perdidos – suspiró Yuto con frustración

Siguieron caminando pero lo único que veían era un gran parque tras unas rejas. Hasta que llegaron a un portón

- miren – dijo el menor estupefacto, apuntando con el dedo. Los otros dos miraron en la dirección que apuntaba

- ¡¿ES AQUÍ?! – gritaron los dos mayores

Los tres estaban boquiabiertos. Por fin habían encontrado la dirección y se dieron cuenta de que el tal parque no era más que el jardín de aquella lujosa mansión que tenían en frente, de la cual los separaba una gran reja blanca.


Miraba tranquilamente a través de la ventanilla del autobús. El sonido de su celular lo sobresalto al igual que a la persona que se encontraba a su lado

-donde estas!? – ese grito le retumbo en su cabeza, alejando inmediatamente el celular de su oído – Yabu no es necesario que me grites, no puedo ir tengo otras cosas que hacer y es importante - como que no vendrás – Inoo miro de reojo a la chica a su lado – Yabu recuerdas del tema que hablamos ayer por teléfono? Pues debo resolverlo ahora – está bien – Gracias y corto la llamada.

-está todo bien? – pregunto la chica
-sí, todo bien – dijo con una sonrisa

Como le hubiera gustado pasar el día con sus amigos pero primero debía de resolver un asunto que tenía pendiente hace días. Una chica que era exactamente su familiar, una prima que hace muy poco había descubierto que era su prima, nunca en su vida la había visto y como sus padres trabajaban y ella se estaba quedando en su casa debía cuidar de ella y consentirla en todo.

-wow! Esto es muy grande! – dijo la chica muy emocionada, mirando en todas las direcciones los grandes juegos que habían en el lugar
-a cual te quieres subir primero? – haber ido a un parque de diversiones no era tan mala idea después de todo. La chica lo distraía empujándolo a todos los juegos que le llamaban la atención.

Se habían subido a todos los juegos que habían podido y ya estaban cansados así que decidieron sentarse en una de las bancas del lugar. Mientras hablaban a cual podrían volver a subir, la chica lo tomo del brazo y cargo su cabeza en su hombro. Inoo sonriendo por la energía que tenía su prima. El estaba verdaderamente cansado para seguir corriendo detrás de ella en cada juego.

El día había sido verdaderamente agotador. Ya era tarde y su prima a penas caminaba.
-Kei llévame – insistía la chica que lo tenía agarrado de su polera a penas sosteniéndose en pie.
-aish está bien pero solo un momento – la chica sonrió y al instante se subió a su espalda abrazándolo del cuello.
Caminaban tranquilamente por las calles dirigiéndose a la parada de autobús para volver a casa. Pero para su sorpresa se encontró con sus amigos. Todos mirándolo curioso por la chica que cargaba en su espalda. Yabu no sabía que decir, sabía perfectamente porque Inoo no había pasado el día con ellos.
-así que no saliste con nosotros porque tenias una cita? – pregunto burlescamente Keito
-no… - pero no puedo terminar la frase porque el autobús había llegado. La chica los miraba a todos sorprendida. Inoo miro a Daiki que al instante corrió la vista.
Se subieron al autobús Inoo y su prima juntos. Daiki que estaba sentado al otro lado del autobús miraba a Inoo a través del reflejo en la ventana.

-Kei cuando volveremos a salir? – pregunto la chica.
-no lo sé Haruka quizás en dos semanas mas – cerro los ojos tratando de no pensar en nada pero con su prima era imposible. La chica no dejaba de hablarle.

Desde el otro lado Daiki no dejaba de mirarlos aunque más bien, todos los miraban. Se preguntaban quien era esa linda chica que estaba con Inoo.

Pasaron dos días se volvieron a reunir y a Inoo lo atacaron con preguntas, Yabu no le preguntaba nada ya que sabia quien era esa chica.

Por un momento Daiki sintió un gran alivio al saber que solo eran primos. Cada vez que el mayor lo miraba o se le acercaba para hablarle sentía su corazón acelerarse, sus mejillas sonrojarse cuando lo sentía muy cerca o se rozaban el brazo. Sensaciones que no se le hacían extrañas, sentimientos que volvían a despertar sin darse cuenta de ello.

-si quieres que me ponga de pie ayúdame – inocente o idiota? Se le acerco y al momento en que tomaba el borde del pantalón para bajarlo un poco Ryosuke aprovecho y lo tomo del brazo acercándolo y lo beso. Yuto se tiro hacia atrás pero más rápido fue Ryosuke que tomo su rostro con ambas manos.

Mirándolo vio como el mayor tenía los ojos cerrados y se dejo besar. El mayor mordió levemente su labio inferior y lo miro a los ojos. No sabía que pasaba con él, sabía que su comportamiento estaba cambiando y eso no le gustaba para nada. Quiso alejarse pero lo tomo por sorpresa que yuto lo tomara del rostro y comenzara a besarlo, besos fogosos introduciendo su lengua.

-hhmm…- gimoteo entre besos al sentir la mano del menor sobre tu entrepierna buscando hasta encontrar lo que quería – aaaahh – se separo de su boca dejando su espalda caer sobre la cama

-te gusta? – pregunto el menor sin dejar de masajear el miembro de Ryosuke apretándolo cada vez que llegaba a la punta para rozar su dedo índice en el.

-uhmm… si…-sus ojos cerrados mordiéndose el labio inferior. No se esperaba que él fuera hacer tal movimiento, ya lo tenía completamente excitado

-quieres que lo haga con mi boca? – se estaba ofreciendo hacer tales servicios? No se lo podía creer. Se había dicho así mismo que no dejaría que Ryosuke volviera a jugar con el pero verlo tan vulnerable sobre la cama lo había tentado

-aaahh… no… solo bésame – se acerco poniéndose sobre él con sus piernas a cada lado comenzando a besarlo. Al instante Ryosuke lo abrazo del cuello para acercarlo más a su cuerpo. Movía sus caderas hacia arriba cada vez que sentía que la mano de yuto descendía por su miembro. Ahogaba los gemidos entre besos, ahora podía sentir el aroma que provenía del cuerpo del menor y le estaba gustando.

Dirigió unas de sus manos a la entrepierna de yuto introduciendo su mano dentro del short tomando ese semiexcitado miembro. Rio al pensar que él era la causa del su estado.
El menor sintió que pronto terminaría por lo que masajeo más rápido el miembro de yuto

-aaahh!! – gimieron los dos arqueando la espalda, yuto corriéndose en el abdomen de Ryo al igual que el. Se miraban agitadamente aun con sus labios muy cerca, rosándose.

-sera mejor… que me cambie… - yuto se alejo y entro al baño para luego salir con una toalla húmeda y limpiar el vientre del mayor.

Ryosuke se sentía extraño, cada vez se molestaba consigo mismo por sentirse así.
Yuto salió de la habitación para dejarlo vestirse, para cuando volvió este ya estaba listo al igual que el.

-que haces – pregunto Ryosuke al sentir las manos de yuto sobre el

-te llevare al comedor – dijo tomándolo en brazos

-pero

-no te dejare cenar solo – Ryosuke le ayudo a girar a perilla y salieron de la habitación rumbo al comedor – no puedo creer que te accidentes el primer día – se bufo del mayor ganándose un golpe en la cabeza.

Llegaron al comedor donde ya se encontraban Ryutaro y las primas de yuto sentadas con la cena cérvida. El toda la cena las chicas llenaron de preguntas a los hermanos Yamada. Al terminar fueron las primeras en retirarse ya que se les hacia tarde y debían volver al hotel en donde se hospedaban y Ryutaro se retiro a su habitación.

-piensas llevarme en brazos? Acabas de comer además puedo caminar por mi mismo – dijo Ryo poniéndose de pie

-olvídalo se que aun te duele y no quiero que te pongas peor – es que era imposible comportarse fríamente con el

Al llegar lo recostó en la cama y lo ayudo a ponerse el pijama

-puedes <.quedarte?.> apagar la luz antes de irte? – porque le costaba tanto decir ese tipo de cosas, volver a ser lastimado seria otra decaída, a eso le temía. Sentir algo más que solo ah sentido por una persona.

Yuto le sonrió y salió de la habitación sin antes apagar la luz. Poco pudieron dormir los dos pensando en que estaría haciendo el otro, si estaría durmiendo o pensando en su persona.

El primero en levantarse fue yuto que aprovecho lo lindo del día para ir a hacer un poco de snowboard. Cuando regreso a eso de las 2pm solo para almorzar y tomar un baño. En la cena no apareció Ryutaro ni Ryosuke, de Ryo no se le extraño ya que se le tenía prohibido salir de la cama. Le pregunto a uno de los empleados y este le dijo que Ryutaro estaba en la piscina y Ryosuke aun estaba acostado.

Quiso ir a verlo, golpeo la puerta pero no respondieron. La abrió, se podía ver un bulto en la cama, se acerco silenciosamente encontrándose con un Ryosuke profundamente dormido. Por un momento pensó en alejarse y dejarlo dormir, pero ver su rostro mientras dormía lo tentó a quedarse un momento. Se acostó a su lado sin moverse tanto para no despertarlo

-eres hermoso – dijo acariciando su mejilla y retirando el flequillo que tapaba su frente.

-uhmm – se movió entre las sabanas pero para suerte de yuto no se despertó. Lo escucho balbucear algo mientras seguía acariciando su rostro.

-te amo – dejo de respirar por un momento y de acariciarlo, lo único que se podía escuchar era la acompasada respiración de Ryosuke.

A quien amaba? A quien iban dirigidas esas hermosas palabras? A quien tendría que estrangular para alejarlo de su Ryosuke? Porque Ryosuke era de él, aunque no se lo dijera, era de él y no dejaría que nadie, absolutamente nadie lo tocara.

Salió de la habitación casi echando fuego por la boca, averiguaría quien era esa persona a como dé lugar, incluso si era necesario amarraría a Ryosuke hasta que se lo confesara.


Estaba cabreado, ¿cómo se atrevía a decirle eso?, es que de solo pensar que el corazón de Daiki era de otro se enfurecía, pero que fuera de Ryosuke, de su compañero de equipo lo cabreaba, no tenía nada contra el excepto que ahora Daiki lo amase a él y solo a él. Con todo su autocontrol salió del salón porque si no sería capaz de violar a Daiki hasta que se diera cuenta que solo era de él y no de Ryosuke, que solo debía amarlo a él. Porque aunque nadie lo supiera así era Inoo, impulsivo, solía ser amable para que nadie supiera cómo era en realidad, tenía su propio mundo hecho de rosas, las chicas lo amaban, tenía el respeto de todos. Pero al ver a Ryosuke todo se fue a la mierda.

Ni siquiera lo pensó dos veces para acercarse, le daba lo mismo que luego todos hablaran de él después de todo podía culpar a Ryosuke, todos le creerían y así todo volvería a la normalidad.

Ryosuke y Yuto se encontraban bajo un árbol hablando feliz de la vida, Ryosuke atento a lo que le decía el otro, tanto que no veía que alguien se acercaba a ellos hasta que escuchó que lo llamaban. Miró hacia la dirección de aquella voz pero no tuvo tiempo para reaccionar. Lo habían tomado fuertemente de la camisa arrancándole uno que otro botón.

Divisó el rostro de Inoo antes de sentir el fuerte golpe que el mayor le propinó en su mejilla, haciéndolo caer bruscamente contra la tierra. Tiempo para ponerse de pie no tuvo, Inoo se le había lanzado encima a golpearlo sin piedad alguna. Por más que trataba de defenderse no podía.

La ira de Inoo lo tenía ciego, no se daba cuenta en el estado que dejaba el rostro del menor pero su ataque fue interrumpido por unos fuertes brazos que lo alejaron del otro que ya casi no se movía del dolor que sentía.

Yuto se metió a defender a Ryosuke, ahora el que recibía los golpes era él, pero no se quedaba atrás, un fuerte golpe dio en la mandíbula del mayor rompiéndole el labio que no tardó en comenzar a sangrar. Enfurecido al darse cuenta que sangraba. Tomó a Yuto de una manera en la cual no podía defenderse, dándole fuertes combos en el estomago.

Palabras de por medio no habían, Yuto no entendía por qué había atacado de esa manera a Ryosuke. Pero ver que no podía defenderse no le dio de otra que ayudarlo.

Pero la pelea fue interrumpida por el pequeño Chinen, que al verlos corrió para separarlos. El que se rehusaba a dejar la pelea era Inoo, Yuto, a penas Chinen había llegado agarrando con toda su fuerza a Inoo, fue a ver como se encontraba Ryosuke que aun estaba aturdido por los golpes.

Chinen preocupado preguntó qué había pasado, pero ninguno respondía. Le preguntó a Inoo pero este solo se zafó de su agarre y se fue sin dar explicación.





Estaban en la enfermería curando sus heridas, por suerte no los habían visto ningún profesor y la auxiliar no se encontraba. El silencio era incomodo pero ninguno se atrevía hablar. Yuto curaba las heridas que tenía Ryosuke en su rostro.

Por suerte ese día no había práctica por lo que no tendrían que verse las caras. Con el pasar de los días Ryosuke y Yuto se hacían más amigos, sobre todo después de ayudarlo aunque se sentía avergonzado por no haberse defendido y que otro chico lo hiciera por él.

Yuto lo iba a buscar a su sala cada que terminaban sus clases dejando a un lado a su amigo Keito que no encontraba nada mejor que irse bajo un árbol a escuchar música.

Llegó el viernes y tendrían que volver a verse las caras.

- ¡¿PORQUE LO GOLPEASTE?! ¡¿QUIEN TE CREES QUE ERES?! – los gritos provenientes desde dentro del gimnasio llamaron la atención de Ryosuke. Sigilosamente se acercó a la puerta, cargándose en ella – ¡¿NO ME VAS A RESPONDER?! – era su mejor el amigo el que gritaba y al parecer, al que le gritaba de esa manera era a Inoo.

- Daiki yo… - trató de hablar, pero fue interrumpido por las amargas palabras del pelinegro

- ¡NO ME HABLES! ¡NO QUIERO QUE ME VUELVAS A DIRIGIR LA PALABRA! – al ver la cara de frustración del mayor se formó una sonrisa cargada de cinismo – y no me vengas con que te gusto, ¡ERES UN COMPLETO IMBESIL! – al ver que el menor tenía intenciones de retirarse lo tomó del hombro, pero fue rechazado – ¡DEJAME EN PAZ!

Y se fue a pasos firmes del gimnasio, le dolió que haya golpeado a su mejor amigo por su culpa, por decirle la verdad, Ryosuke no tenía nada de culpa en lo que él sentía. Sabía perfectamente cómo Inoo se sentía, porque el mismo estaba experimentando esos sentimientos de odio hacia alguien pero no por eso se le lanzaría encima a golpearlo.
Al salir por la única puerta que daba al patio de la escuela, pasó con la vista fija en el suelo, ignorando todo lo que lo rodeaba y sin percatarse de que Ryosuke estaba apoyado en la puerta.

Lo dejó irse, pero no le gustaba que lo defendieran de esa manera, pero tampoco entendía por qué le gritó a Inoo y por qué le dijo “no me vengas con que te gusto” ¿ acaso el mayor gustaba de su mejor amigo?. No quiso seguir pensando así que entró al gimnasio con su bolso al hombro, mirando que Inoo se encontraba sentado en el suelo apoyándose en la pared, solo se miraron, no se dirigieron palabras.
Pero las miradas de odio que se dirigieron cada uno podrían formar una nueva pelea pero con la llegada del capitán del equipo desviaron las miradas.

- Ryosuke ¿cómo estás? – se acercó el pelirrojo al menor que dejaba sus cosas en un rincón del gimnasio. Posó una mano en su hombro. Ryosuke lo miró con una sonrisa en los labios

- No me toques por favor – y la quitó sin dejar de mostrar esa sonrisa.

Takaki sabía perfectamente lo que había pasado, entendía a su amigo pero igual estaba un poco molesto porque había golpeado al amor de su vida. La práctica fue como cualquier otra, la presencia de los demás del equipo distrajo a Ryosuke y a Inoo.
Cuando ya hubo acabado Ryosuke fue el primero en salir para irse con Yuto. De su mejor amigo no había rastro. Esperaron un poco antes de irse pero Daiki no llegó por lo que se fueron juntos.

Aun dentro del gimnasio quedaban tres miembros. Chinen guardaba las pelotas junto con Inoo. Mientras Takaki escribía la lista de los que habían asistido a la práctica, alguna buena explicación tendrían que darle los que no asistieron.

- Inoo ¿por qué lo golpeaste? – le preguntó chinen. Desde el día de la pelea que Inoo ignoraba sus preguntas, cambiándole de tema o bien dejándolo solo con las palabras en la boca y la curiosidad.

- Chinen no quiero hablar de eso – fue la respuesta del otro que ni a mirarlo a los ojos se atrevía.

- Mírame – le dijo el menor tomando el rostro del otro entre sus manos. ¿Por qué era que el corazón se le aceleraba cada vez que estaba cerca de él? - si hay algo que te preocupa no dudes en confiar en mí – lo quería cerca, tan cerca como le fuera posible. No pudo evitar mirar sus labios, esos labios rojos que tanto añoraba tocar con los suyos, pero no se le era permitido, solo eran amigos.

Apartó la mirada y soltó su rostro o terminaría besándolo. Cuando se hubo alejado de él e iba a voltear para seguir recogiendo pelotas, sintió como unas fuertes manos sujetaban su rostro y como sus labios se juntaban con los de esa persona.

Sus ojos abiertos de asombro, su corazón acelerado pensando que terminaría saliendo de su pecho, sus mejillas sonrojadas, sin poder reaccionar. Aunque el beso duró poco lo disfrutó, aunque sus labios solo se habían apretado con los de Inoo, fue feliz por un momento, quería sonreír, reír y gritar que estaba feliz, pero primero tenía que saber por qué lo había hecho.
Pero eso no hizo falta cuando volteó al escuchar como alguien chocaba con la puerta.

Daiki los miraba asombrado y fue cuando su corazón dejó de latir por un momento y la tristeza lo inundo por completo notándose en sus ojos.

- Lo siento – dijo el pelinegro saliendo del gimnasio agitado, había corrido lo mas que había podido para alcanzar a Ryosuke, suplicando porque aun se encontrara en el gimnasio pero no fue así, para su suerte vio como Inoo besaba a Chinen. No le gustó para nada. Primero porque él le había dicho que lo quería, y si lo quería no tenía porque andar besándose con otras personas. Sacudió su cabeza para dejar de pensar de esa manera. El no lo quería por lo que no tenía porque pensar en él.

- Te puedes ir yo terminaré – dijo Chinen arrastrando el carrito con pelotas para adentrarse a la bodega. Inoo no sabía que decirle, no tenía qué explicación darle y por la mirada que tenía Chinen en sus ojos dudó un poco, podría ganarse un golpe el cual tendría merecido.

- Chinen yo..

- Está bien, yo seguiré, puedes retirarte – dijo sin mirarlo.

- Inoo no hace falta – dijo Takaki posando una mano en su hombro – no querrá escucharte – había olvidado por completo que no estaban solos, sus mejillas se sonrojaron y la vergüenza lo hizo caminar hasta su bolso, tomarlo y retirarse sin voltear.


Takaki podía escuchar los bajitos sollozos provenientes de la bodega, se acercó al pequeño que le daba la espalda y lo giró.

- ¡¿Qué crees que haces?! - hipó al hablar y lo miró a los ojos llenos de lágrimas.

- Te dije que no te enamoraras de él, no te corresponderá nunca – y esas dolorosas palabras no le ayudaban en nada a dejar de llorar.

- Cállate y no me toques – quiso pasar por su lado para irse pero el pelirrojo lo sujetó de los hombros – que me… - pero sus labios fueron apresados. Por dos segundos no respondió por la sorpresa pero luego se dejó llevar respondiendo a los besos del mayor. Los dos ya estaban acostumbrados a esos besos llenos de deseo, solo deseo. Se consolaban cada vez que podían, cada que había un lugar donde esconderse y dejarse llevar.

Chinen no esperó mucho a que el mayor lo tomara de las piernas para ponerlo a su altura y empotrarlo contra los cajones de salto. Ganándose un quejido de parte del menor.

Movía sus caderas frotando su entrepierna con la del menor que suspiraba entre besos.

- Este no… no es un buen momento – Chinen se sostenía del cuello de Takaki con las piernas alrededor de sus caderas.

- ¿Hmm buen momento?... nunca es un buen momento – volvió a besarlo metiendo sus manos bajo la polera de Chinen, tocándolo lentamente sintiendo su suave piel. Succionó su cuello, dejando una pequeña marca.

- Te he dicho.. hhmm.. que no me marques – ¿por qué era que nunca le hacía caso y terminaba dejando marcas en su cuerpo?

- Chinen es hora de que nos vayamos – escucharon desde afuera de la bodega. Se separaron pero no avergonzados, sabían claramente quién era y que esa persona sabía perfectamente lo que pasaba entre ellos dos.

- Ryutaro adelántate, ya voy – dijo Chinen arreglando su polera y mirando su semi despierta hombría.

El menor se fue sin decir nada mas, solo se escuchaban sus pasos alejarse.

- Si quieres puedo arreglarlo rápido – dijo Takaki con vos seductora encorvándose un poco para volver a atrapar sus labios.

- Solo si lo haces rápido – no podía evitar sonreír, desde que habían comenzado su extraña relación no se había arrepentido para nada, se la pasaba demasiado bien con Takaki.

Se agachó y levantó un poco la polera de Chinen, besándo y jugando con su ombligo mientras bajaba los pantalones, solo un poco, lo suficiente para dejar a la vista su miembro.
Lo tomó con una de sus manos masajeándolo un poco.

- Uhhmm… ya no juegues… debo irme – le dijo el menor que no dejaba de mirarlo. Takaki sonrió y lamió toda su extensión – uhhmm… ya hazlo

Obedeció y lo introdujo todo en su boca apretando un poco con sus labios. Chinen quería luego llegar al orgasmo pero Takaki siempre hacia las cosas lentas pero placenteras. Succionaba fuerte pero sus movimientos lentos y ya se estaba desesperando. Soltó su polera la cual sujetaba antes para no mancharla. Posó sus manos sobre la cabeza de Takaki para marcar el ritmo.

- Más... más rápido… - pidió al borde de la locura. Sacó el miembro de Chinen de su boca y le sonrió.

- Me gusta que supliques – le dijo sin dejar de masturbarlo.

- Maldita sea, ya... solo termina – se dijo mas para sí mismo que para Takaki. Lo masajeó rápido apretando un poco más cada vez que llegaba a la punta. –más… más… - lo introdujo en su boca y succionó un par de veces y el menor se corrió en su boca soltando un gemido que no se negó a callar. Su cuerpo tembló por el orgasmo.

- Listo –dijo después de tragar su esencia. Chinen se arrodilló y lamió alrededor de sus labios quitando lo que se había escurrido para luego besarlo y sentir su salada esencia en la boca del otro.

Terminó de arreglarse y salió para encontrarse con su hermano que no tenía muy buena cara como siempre, pero no tenía ganas de hablar por lo que caminaron juntos hasta salir de la escuela.

- Pensé que ya habías terminado lo que tenías con ese tipo – dijo Ryutaro pero su hermano no parecía tener intenciones de hablar – ¿cuándo dejarás de hacer esas estupideces con él? – Chinen se detuvo un momento pensando pero volvió a retomar el paso.

- Me satisface así que dudo poder alejarme de él – fue su respuesta.

Le molestaba que solo lo hiciera para satisfacerse, porque si fuera así el lo satisfacería todas las veces que quisiera pero el problema era que por el maldito compromiso que tenían sus padres eran hermanos, no de sangre pero aun así eran hermanos. Enamorado de su hermano desde que lo conoció hace dos años. Nunca tuvo intenciones de sentir algo mas allá que un cariño, pero no lo pudo evitar, Chinen era demasiado bueno con él, siempre atento y educado como su madre le había enseñado.

Tal acercamiento solo lo hizo hundirse en su amor y para evitar enamorarse más si es que se podía, comenzó a ser frío con él, lo molestaba todo el tiempo, muchas veces hasta lo dejó en vergüenza frente a sus amigos. Después de que su padre lo metiera a su misma escuela se dio cuenta de la relación que había entre el capitán del equipo de basquetbol y su hermano. Los había visto besándose en uno de los pasillos de la escuela. Lo evitó por unos días pero sus dudas no se aclaraban por lo que decidió preguntárselo personalmente.

Ese día su corazón se partió en dos al escuchar la triste verdad de los labios de su hermano y esa mirada vacía que tenía en sus ojos. “amor no correspondido” fue lo que murmuró, lo había dicho para el mismo, ya que Chinen no correspondía sus sentimientos, pero el mayor había pensado que sabía la verdad, que estaba enamorado de Inoo Kei, quien estaba en el mismo curso de Takaki y era su mejor amigo. Se había sonrojado y miró sorprendido a Ryutaro pero este no lo había mirado y salió de su habitación.

Desde ese día la relación entre ellos dos fue de mal en peor, Ryutaro odiando a Takaki por usar a su hermano solo por placer carnal.

Pero eso no se quedaría así el haría algo para separarlos y por fin estar con su querido hermano, no dejaría que Takaki lo siguiera usando y haría que Chinen se enamorara de él, ya que con él nunca sufriría.

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